Miscelánea

La “licuadora” de antaño

Recuerdo cuando niña, que veía a mis dos abuelitas utilizar la “licuadora” de antaño, que era nada más ni nada menos que el “molcajete”, para hacer sus maravillosas salsas, que en ese momento no gozaba tanto por la edad, pero veía como mis tíos, tías y primos mayores las disfrutaban, y las hacían sentir tan orgullosas con los comentarios de “Abue te quedo súper rica la salsita de pasilla” o “Abue enséñame a hacer la salsa martajadita que te queda tan rica”.

Ya no tuve la dicha de que ellas dos me enseñarán a usar el molcajete porque murieron cuando era pequeña, pero mi mamá quien heredó uno de los molcajetes de mi abuela, hacía honor a tan hermoso instrumento haciendo su famosa salsita martajadita que me imagino le quedaba igual que a su mamá y que hacía los honores ante una rica costillita asada, con nopalitos, frijolitos y su correspondiente salsita, sin olvidar las tortillas hechas a mano.

Hoy que del baúl de los recuerdos encontré el molcajete que está guardado en un rinconcito de mi cocina y que hace tiempo no utilizo, porque claro, la modernidad y la falta de tiempo, me hizo pensar de dónde viene la palabra y su origen y entre buscado y pensando en volverlo a usar di con una página web llamada gustoxmexico.com y me encontré con…

Que la palabra molcajete viene del náhuatl molli “guisado, salsa”, y caxitl, “cajete o escudilla”, ahora les explico para los que no tienen ni idea de lo que les hablo, lo que es este maravilloso instrumento: un mortero de piedra de tamaño variable, con tres patas cortas en la base, en el que, con un tejolote, de texolotl, “muñón de piedra”, se machacan o muelen ingredientes para preparar salsas y otros platillos.

La piedra porosa o volcánica con que está hecho, otorga cierto sabor mineral a las salsas que en él se preparan.

La piedra se extrae, en su mayor parte de las minas localizadas en el pueblo San Lucas Evangelista, municipio de Tlajomulco, Jalisco. Su diseño y uso prácticamente no ha variado a lo largo de los siglos.

Y para que lo usamos, les comento. El molcajete tiene un uso único y especial, la preparación de las salsas para guisos y moler granos y maíz para distintas preparaciones.

Cuando uno ha probado salsas preparadas en un molcajete nada que ver con las que hacemos en la licuadora.

Algo muy importante es como escogemos nuestro molcajete.

*Debemos checar que sea una pieza artesanal hecha de piedra volcánica, basalto o cantera

*Hay que asegurarnos que el tejolote o temolote (la piedra para triturar) sea de piedra, ya que, si tu molcajete es de cantera o piedra volcánica y el tejolote no, este se irá desmoronando con el impacto, contaminando tus preparaciones.

Recuerdo que en alguna ocasión una de mis abuelitas comento “hay que curar el molcajete” en ese momento se me cuadraron los ojos porque dije “pues de que se enfermó” ahora ya sé que es curar.

Un molcajete forjado en piedra, cuando aún está nuevo despide un poco de piedritas y polvo. Esto es normal, ya que es nuevo y por eso debemos curarlo muy bien.

Curarlo es muy fácil, solo necesitamos, una escobeta pequeña o un cepillo, medio puño de frijoles, medio puño de lentejas y medio puño de arroz, aceite caliente o agua y jabón.

Los granos se usan para cubrir las porosidades de la piedra. También sirve para que, al triturar se vaya puliendo el tejolote y el interior del molcajete. Comienza por triturar lo más grande, en este caso los frijoles hasta que se deshagan.

Verás que sale mucho polvito de la piedra, el cual irá disminuyendo entre más se repita el proceso de triturar. Hay quienes solo trituran arroz para curarlo. Puedes elegir cualquiera de las dos formas, pero si eliges triturar diferentes granos, comienza por los más grandes y termina por los más pequeños.

Debes repetir el proceso al menos unas cuatro veces y limpiar muy bien con la escobetilla antes de volver a comenzar. Al final tritura el arroz, puedes echarle un poco de agua al arroz que está dentro del molcajete para que llegue a los poros más pequeños de la piedra.

Ya para terminar podemos sumergirlo o aplicarle aceite hirviendo con mucho cuidado o simplemente lavarlo muy bien con agua y jabón.

Ya tenemos nuestro molcajete listo para que lo podamos utilizar en nuestra próxima carnita asada y ser las estrellas del evento con una salsita martajada.

Y pensando en esto le voy a hablar a mi comadre para que el domingo hagamos una carnita asada en su patio y claro yo llevo la salsita martajada de mi abuelita y mamá para que también ellas estén en ese maravilloso momento.

Cuéntenos si tienen ustedes un molcajete, si lo usan o piensan comprar uno y recuerden curarlo. CM/PdC.

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