Esto sí que es una verdadera sorpresa: en el mar también hay bosques. Y es que es tan inmenso, que dicen los expertos que el 95 por ciento del volumen del océano está todavía sin explorar. Entonces imaginemos que tantas especies nos falta conocer del mundo marino.
Los bosques marinos formados principalmente por algas pardas, de tonalidades rojas y verdes. Son el hogar de gran cantidad de organismos de importancia pesquera. Pueden llegar a medir hasta 30 metros de altura.
Los bosques marinos son importantes barreras naturales porque disminuyen la fuerza destructora del oleaje en las playas, fijan el carbono, ayudan a mantener la calidad del agua y estabilizan el suelo marino.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de estos bosques se obtienen minerales, vitaminas y aminoácidos que se emplean para hacer cremas o para elaborar suplementos alimenticios y medicamentos de forma deshidratada.
Estos que también se conocen como bosques de kelp, de sargazos o de laminariales, son invisibles desde tierra, tienen gran influencia en los organismos marinos y en la protección de costas y playas.
De entre los sitios con bosques de macroalgas que se encuentran con alguna categoría de protección son los Parques Nacionales Cabo Pulmo y Bahía de Loreto, así como la Reserva de la Biósfera el Vizcaíno, en Baja California Sur.
En México se desarrollan principalmente en las costas de la península de Baja California, Golfo de México y Mar Caribe. Su productividad es comparable a los arrecifes de coral, humedales y selvas tropicales.
Ahí viven los carismáticos lobos marinos. También se desplaza el elefante marino del norte junto a una gran variedad de cangrejos, caracoles y peces.
Las principales amenazas que enfrenta este ecosistema son las tormentas, la abundancia de organismos herbívoros y los fenómenos climáticos que afectan la temperatura y los nutrientes. PdC.
Foto de Lachlan Ross.
