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Con enfermedades, la naturaleza nos cobra la factura

La naturaleza nos está cobrando la factura del daño que le estamos haciendo, investigaciones revelan que existe un vínculo entre el cambio climático y las enfermedades.

Males como el zika, la malaria, el dengue, el chikungunya e incluso la COVID-19 se han visto agravadas por las olas de calor, incendios forestales, lluvias extremas e inundaciones, según el documento “Más de la mitad de las enfermedades patógenas humanas conocidas pueden verse agravadas por el cambio climático”.

Al parecer, el calentamiento global y los cambios en los patrones de precipitaciones están ampliando la gama de vectores de enfermedades como mosquitos, garrapatas y pulgas, lo que provoca la propagación de la malaria, la enfermedad de Lyme, el virus del Nilo Occidental y otras afecciones.

La investigación señala que las tormentas y las inundaciones han desplazado a las personas y las han acercado a los patógenos que causan brotes de gastroenteritis y cólera.

Además, han debilitado la capacidad de los humanos para hacer frente a ciertos microorganismos; la sequía, por ejemplo, puede conducir a un saneamiento deficiente, lo que provoca disentería, tifoidea, fiebre y otras enfermedades.

Camilo Mora es el geógrafo de la Universidad de Hawái, quien dirigió la investigación, en la que refiere que de las 375 enfermedades infecciosas diferentes mencionadas en los documentos analizados, los especialistas encontraron que 218 se han visto agravadas por los impactos climáticos que ahora se vuelven más comunes frente a la crisis ambiental.

Mora menciona que, probablemente hubo múltiples formas en que la crisis ambiental empeoró la propagación de COVID-19, como las alteraciones del hábitat por incendios e inundaciones que desplazan a la vida silvestre, como los murciélagos portadores de enfermedades, a nuevas áreas más cercanas a los humanos.

Relata que incluso él mismo sufrió dolores crónicos en las articulaciones después de contraer chikungunya durante un brote en Colombia hace unos años, después de que un período de intensas lluvias provocó un aumento en la cantidad de mosquitos.

De acuerdo a la investigación del geógrafo, un clima inestable crea un terreno fértil para que las enfermedades infecciosas echen raíces y se propaguen.

Ejemplo de ello ha sido el coronavirus, que tras estos informes parece que no será la última enfermedad contagiosa que provoque una pandemia, ya que nuevas enfermedades tendrán un impacto cada vez mayor en la vida de la raza humana. PdC.

 Con información de Espok News.

 

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