¿Por qué evitar el desperdicio de alimentos?, primero porque hay millones de personas en el mundo que padecen hambre, después por el daño que le hacemos al planeta y la presión que ejercemos a nuestros recursos naturales: tierra, agua…
Como ya lo destaca la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en todo el mundo se pierden o desperdician toneladas de alimentos comestibles todos los días.
Solo entre la cosecha y la venta al por menor, se pierde alrededor del 14 por ciento de todos los alimentos producidos a nivel mundial. También se desperdician enormes cantidades de alimentos en la venta al por menor o al nivel del consumidor.
Y es que desperdiciar los alimentos es pedirle más a la tierra de lo que nos puede dar, y claro, además de dañar nuestro medio ambiente. Al desperdiciar la comida es como tirar a la basura nuestro trabajo, el esfuerzo, la inversión y los recursos preciosos (como agua, semillas, alimentos, etc.) que se utilizan para producirlos.
Esto sin mencionar los recursos que se utilizan para transportarlos y procesarlos.
El desperdicio de alimentos es reciclable. Y, por lo tanto, debe usarse de manera inteligente para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que provienen de los vertederos.
De acuerdo a investigaciones, el sistema alimentario mundial en su conjunto es el responsable del 37 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
Una forma de tomar conciencia sobre el desperdicio de alimentos es antes de servirnos o pedir en el restaurante, pensar si lo vamos a consumir todo, de otra forma, mejor evitar el despilfarro de comida.
Pues desafortunadamente muchas personas en el mundo desperdician alimentos al comprar más de los que se necesitan, dejar que las frutas y verduras se echen a perder en casa o tomar porciones más grandes de las que se pueden comer.
Urge cambiar este comportamiento y comenzar a reciclar alimentos, para darles una segunda vida útil, ¿y cómo hacerlo?
Una forma sería reciclar las sobras de ese guiso que nos quedó en las cacerolas porque cocinamos mucho pensando que no alcanzaría.
Si bien las sobras se pueden calentar y comer tal cual, ¡puede ser divertido darle sabor a tu paladar! Te mostramos algunos consejos para ayudarte a transformar creativamente las sobras en una comida innovadora y deliciosa, pero también para darle una segunda vida.
Planifica un “Día de las sobras” Cuando planifiques tus comidas para la semana, deja un día libre para las sobras, de modo que no tengas que comprar ningún ingrediente adicional. Inventa una nueva comida utilizando productos y comidas previamente preparadas que se encuentran en el refrigerador.
Las cáscaras de huevo y nueces como los pistachos y los cacahuates se pueden usar como fertilizante natural, ya que agregan calcio y airean el suelo.
Las cáscaras de cítricos se pueden cocer a fuego lento en almíbar de azúcar y confitar. Desde tiempos inmemoriales, las personas han estado usando cáscaras de naranja molidas para su régimen de cuidado de la piel.
Incluso podrías masticar una o dos cáscaras de naranja para aliviar el mal aliento o tirar algunas cáscaras en el triturador de basura para eliminar el mal olor. Las cáscaras de limón también se pueden usar para infundir licor.
Aunque existe cierta variación en las cifras exactas sobre el desperdicio de alimento, en general se acepta que a nivel mundial desperdiciamos alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano.
Teniendo en cuenta que alrededor del mundo hay 811 millones de personas que pasan hambre. Y por si fuera poco, esos desperdicios, en lugar de reponer el suelo o alimentar a los hambrientos, nuestros desechos orgánicos llenan los vertederos y producen los gases de efecto invernadero que son nocivos. PdC.
Fuente Expok.
Foto de Mister Mister.