A raíz de los “espacios 100 por ciento libres de humo”, las calles se ven abarrotadas de hombres y mujeres con el cigarrillo encendido. Banquetas faltan para dar cabida a todos aquellos fumadores que antes tenían un lugar destinado para hacerlo.
Y es que con el “cero humo” se quitaron en los centros de trabajo, restaurantes y cafeterías, entre lugares de reunión, los sitios destinados para encender un cigarrillo.
Las voces de los fumadores no tardaron en escucharse pues se sienten vulnerados en sus derechos, pero de acuerdo a la senadora Lilia Margarita Valdez Martínez, presidenta de la Comisión de Salud, no se trata de prohibir a los adultos que fumen pues lo pueden seguir haciendo.
“Van a poder seguir fumando específicamente en los lugares donde no dañen a nadie, no donde haya niños o personas que no fuman y que tienen todo el derecho a cuidar su salud”.
Porque dice, hay personas que no fuman y les molesta el olor a cigarro; ellos también tienen derechos que se deben proteger.
Con las nuevas disposiciones también se busca concientizar a los fumadores, que el humo puede provocar asma o alergias en los menores, “simplemente porque mamá y papá fuman, y la ropa se impregna de las sustancias” que contienen los cigarrillos.
Y es que de lo único que se trata es proteger la salud de la población, sobre todo de los menores, adolescentes y grupos vulnerables que pueden estar expuestos al humo del tabaco.
La finalidad con los cambios en el consumo de cigarrillos es limitar el tabaquismo para evitar muertes y enfermedades derivadas de esta adicción, las que cuestan aproximadamente 180 mil millones de pesos para su tratamiento.
El tabaquismo se ha convertido en una pandemia muy grave que por causa de ésta, mueren miles de personas al año; en la que está en juego la iniciación de una adicción por parte de los infantes y adolescentes, así como la salud y la vida de las personas, apunta el senador Ernesto Pérez Astorga.
Quien destaca que con los “espacios 100 por ciento libres de humo” cuidar la salud de los comensales, menores, mujeres embarazadas, de las personas adultas mayores e incluso del personal que labora en los establecimientos, como los meseros quienes en su día a día se exponen involuntariamente al humo del cigarro. PdC.
Foto de cottonbro studio.