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Barismo, del sabor clásico del café a nuevas creaciones

De la acción de preparar un sencillo café a imprimir un toque diferente a su sabor clásico al punto de crear nuevas bebidas basadas en el aromático, ha nacido una especialidad, el barismo, que así como crece la industria del café, esta actividad día a día se hace más popular.

Pero nos preguntamos qué es el barismo. Te platicamos que según CAFIVER es el arte para diseñar y elaborar bebidas basadas en el café.

Mientras que el barista es el especialista encargado de su preparación, empleando distintos tipos de leche, esencias, aromatizantes, chocolate y licores, entre otros productos.

Los datos estadísticos muestran que cada año aumentan las exportaciones mundiales de café, las cifras de consumo y el número de cafeterías y franquicias, lo que abre espacios para los baristas.

Y como toda industria que se desarrolla y expande requiere de profesionales, el barismo se ha convertido en una especialidad que cada vez se hace más fuerte en el mundo y por lo mismo alguien que quiera convertirse en un barista requiere de conocimientos:

*Conocimiento de diferentes técnicas de preparación de café, desde lo básico con máquinas de espresso, hasta otras técnicas de extracción como prensa francesa aeropress, sifón, chemex, etc.

*Conocimiento de las características del café, como catarlo y seleccionarlo

*Manejo técnico de equipos

*Conocimiento de recetas de bebidas

*Habilidades artísticas para producir la presentación más atractiva.

Pero sobre todo alguien que ame y valore al café. Y es que como se escribe en el blog de CAFIVER, obtener los mejores sabores del valioso grano no es tan fácil como a simple vista pudiera parecer.

Cualquiera prepara una taza de la aromática infusión, pero hacer un buen café es más complejo.

Esto nos lleva a preguntarnos cuándo nació o cómo surgió el barismo; pensamos que era tan simple como hacernos un sencillo café de olla y resulta que es todo un arte.

El crecimiento del consumo de café en Europa fue muy acelerado desde el siglo XIX. No obstante, la producción no crecía al mismo ritmo, era lenta y, además, muy costosa. Eso obligó a los ingenieros de la época a pensar en una solución factible para este problema.

Los italianos fueron los primeros que mostraron interés por agilizar la producción del café, para poder satisfacer la demanda. Su objetivo era colocar una bebida de la mejor calidad posible en todas las tazas del mundo.

Después de varios intentos y distintos prototipos, la primera máquina funcional fue patentada en Turín por Ángelo Moriondo. Esas máquinas de vapor, especializadas en la preparación del café, requerían a un individuo especializado en su uso.

Y claro, éste debía poseer conocimientos particulares y ciertas destrezas que no se ven en cualquier persona. Fue así como a principios del siglo pasado nació la honrosa profesión del barista.

Un siglo después, la demanda del café continúa siendo alta en todo el mundo. Al igual que la pujante fábrica de la construcción de las máquinas necesarias para su elaboración.

Y, del mismo modo, el barismo se ha expandido por todo el planeta, lo que explica la importancia de tener buenos baristas en cada cafetería. PdC.

 Foto de Michael Burrows.

 

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