Los síntomas pueden variar, pero los más comunes son: dolor o hinchazón en las articulaciones, cansancio extremo, pérdida de cabello, fiebre sin causa conocida, sensibilidad al sol, úlceras bucales no dolorosas, erupciones rojas en la piel generalmente en la cara y en forma de alas de mariposa.
Son característicos de una enfermedad llamada lupus eritematoso, que es de difícil diagnóstico y se estima que afecta a más de un millón de personas en el mundo. De cada 10 personas con este mal, entre siete y nueve son mujeres.
¿Qué es el lupus eritematoso?
De acuerdo al blog de la Secretaría de Salud, el lupus eritematoso es una enfermedad multisistémica, autoinmune, crónica e incurable que no puede prevenirse; una vez diagnosticada, es fundamental apegarse al tratamiento y no automedicarse, porque se caracteriza por estados de remisión o recaídas.
Otros síntomas comunes son cansancio, pérdida de peso, dolor e inflamación de las articulaciones, así como eritema en forma de alas de mariposa, que consiste enrojecimiento y erupción de la piel en mejillas y nariz.
Debido a que el lupus es muy variable, puede iniciar con un síntoma grave que pone en riesgo la vida, como inflamación en riñones, corazón, pulmones o cerebro. Además, ocasiona alteraciones en células de la sangre provocando anemia hemolítica y trombocitopenia; es decir, cuando las plaquetas se consumen.
Su detección puede confundirse
La detección es por exclusión, ya que el lupus puede confundirse con otra enfermedad, “ante la falta de un síntoma específico, el diagnóstico se basa en las afecciones que cuenta el paciente, la exploración física y analítica; la persona puede empezar a sentirse mal, presentar fatiga y/o fiebre”.
Es posible controlar los síntomas con fármacos que regulan el sistema inmune y frenar la inflamación; sin embargo, es fundamental el seguimiento con el especialista en lupus, que en este caso es el especialista en reumatología.
Se desconocen las causas de la enfermedad; hasta el momento se sabe que puede ser resultado de una combinación de tendencias genéticas y hormonales —asociadas a estrógenos— y factores ambientales como virus, rayos ultravioletas de la luz solar o medicamentos.
De cada 10 pacientes, entre siete y nueve son mujeres, sobre todo entre los 16 y 50 años.
Es importante apegarse al tratamiento, no exponerse al sol y evitar el consumo de tabaco, ya que estos factores se asocian con las recaídas. La revisión periódica permite al paciente con lupus tener buena calidad de vida. PdC.