Esto sí que es de ciencia ficción y les va a poner los pelos de punta ¿sabían ustedes que ya se está haciendo carne en laboratorios, es decir, que no proviene de manera natural de los animales, sino que mediante ciertos procedimientos se cultiva y que en Estados Unidos algunos restaurante ya la ofrecen dentro de su menú?
Pues sí, resulta que con la idea de ya no sacrificar a los animales, reducir la huella de carbono y ser más amables con el medio ambiente, en laboratorio ya se produce esta proteína.
¿Que cómo se cultiva?
La carne cultivada en laboratorio se hace utilizando células madre de animales en grandes biorreactores que pueden reemplazar a miles de animales cada uno.
Como ya lo mencionamos, la idea es obtener esta proteína sin causar daño ecológico como lo hace la agricultura convencional y sin alterar el bienestar animal al momento del sacrificio.
Pero qué creen, aunque los primeros productos de carne cultivada en células recibieron la aprobación regulatoria final en Estados Unidos a principios de este verano y comenzaron a aparecer en algunos menús.
No todo es “miel sobre hojuelas”, pues esta carne se enfrenta al desprecio de la competencia, a consumidores cautelosos y a mensajes contradictorios sobre que la forma en que se crea también provoca daño ambiental.
Los investigadores de la Universidad de California en Davis concluyeron que la producción de carne cultivada es mala para el medio ambiente, incluso más que su contraparte tradicional.
El estudio afirma que la producción de carne cultivada en células genera alrededor de 25 veces las emisiones de la carne de res, que representa aproximadamente el 14 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, causante del cambio climático.
Como en todo, están los detractores que la consideran una amenaza para el medioambiente y los defensores de la proteína alternativa, quienes ven con buenos ojos esta novedosa forma de tener carne sin la necesidad de contar con una res.
Ellos argumentan que cuando se produce carne cultivada a gran escala utilizando energía renovable, se pueden lograr reducciones significativas en la huella de carbono, el uso de tierras y el consumo de agua en comparación con la producción convencional de carne de res.
El reto de este tipo de proteína alternativa será no solo ver si a largo plazo es dañina para el medioambiente sino también para el ser humano. Pues si de por si hay todo un debate en el supuesto uso de hormonas para engordar tanto a pollos como a vacas y cerdos para que den más carne, imaginemos ahora la que se cultiva en el laboratorio.
Lo que sí, cada vez más la ciencia nos deja con la boca abierta. PdC.
Con información de Expok.
Foto de Lukas.