Ahora en la sección de la Loca del Gato y Otras… vamos a platicar sobre ¿Por qué le pusiste ese nombre a tu peludo o minino?
Creo que ya les he comentado porque les pusimos los nombres que tienen los mosqueteros, pero… por si no lo han leído aquí se los dejo.
Pues empecemos, la primera en llegar a casa fue la hermosa, latosa, la relaciones públicas de la familia, la que no perdona el pedacito de jitomate, la que tiene que ser el centro del universo “Maya”, una peludita que llegó a casa a los dos meses.
La adoptamos y desde que la vimos no hubo poder humano para separarnos de ella, fue la primer mascota que teníamos en casa y claro que nos volvimos locos y le compramos hasta lo que no necesitaba. Y una parte difícil fue el nombre que, dicho sea de paso, mi hija ya lo tenía bien estudiado y decidido.
Después algunas discusiones quedó oficialmente nombrada Maya Sinforosa, el segundo nombre fue escogido por la abuelita de mis hijos. Cariñosamente también la nombramos como “Mayabertha o Mayúscula” dependiendo de la situación.
La segunda bendición que llegó a casa fue Wera, la cariñosa, la que me sigue a todos lados, la que disfruta cualquier rayito de sol, la que duerme con mucha tranquilidad porque sabe que es querida y respetada, la que ve a uno con ojos de adoración, la que es delicada para todo lo que hace. En la protectora donde la adoptamos era conocida como “Arenita”, ese nombre a mí no me gustaba nada, así que una vez que ya se integró a la familia el trabajo fue buscarle el nombre que tendría en casa.
Se le buscaron varios, como Azul, Sofi, Zoe, Milli y otros más, pero no respondía a estos. Entonces mi hijo, al que le decimos “Wero”, preguntó que por qué no le poníamos “Wera” y en cuanto ella oyó ese nombre de inmediato hizo caso y así quedó bautizada como Wera Pancracia. Y también se le llama “Wereja, Gordita” dependiendo del momento en que la llamamos.
Y ya por último llegó el no menos importante Sr. Miau, el dueño del mundo, el emperador de la casa, el modelo de pasarela, el que no deja que nadie lo toque, el que se sabe bello y hermoso, el loco de la casa, el que solo permite mimos cuando él quiere, el enfermito que adoramos; que igual que Maya llego a nuestra manada a los dos meses, él fue rescatado de la calle, aunque mi hija no quita el dedo del renglón de que lo secuestré.
En fin, ya en casa y después de haberlo llevado al veterinario y que nos dijera que estaba en buen estado de salud comenzó el camino de cómo lo vamos a llamar y busca que te busca la decisión quedó en manos de mi hijo que lo nombró Sr. Miau.
Ya con el nombre asignado quedó como Sr. Miau Micifuz de la Ronronera mejor conocido en el bajo mundo como “El Panzón”.
Ya conformada nuestra manada, los mosqueteros son la felicidad de la casa y nos encanta tenerlos y mimarlos y ellos no desperdician ningún momento para hacerse querer y generar travesuras que a veces nos ponen el corazón en la boca, bueno ese es Sr. Miau.
Y a propósito de esto ya vi que el “Panzón” está preparando su salto mortal y mejor voy a detenerlo antes de que se lleve de corbata mi pobre plantita que ha sobrevivido a sus arranques de locura.
Panzón, bájate del mueble, ¡¡¡¡no te atrevas a brincar!!!!
¡Ah! y antes de que se me olvide, quiero invitarlos para que nos platiquen por qué nombraron así a sus mascotas. Será un gusto compartir con ustedes este espacio de La Loca del Gato y Otras…
Sus narraciones las esperamos en: pdc.platicasdcafe@gmail.com
“A mí no me importa si eres lindo, feo, alto, bajo, rico o pobre. ¿Por qué entonces te preocupas de qué raza soy?”. – Anónimo.
Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.
Escrito por La Loca del Gato 🐈 y Otras…