Salir y cruzar las calles de la ciudad es un riesgo. La vida de los peatones constantemente está en peligro por los accidentes de tránsito que están a la orden del día. En el país a diario mueren 44 personas a causa de las eventualidades viales que pudieron prevenirse.
Los percances de tránsito no son privativos de nuestro país, desafortunadamente en todo el mundo se registran este tipo de contratiempos.
Por ello es que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución “Mejora de la seguridad vial en el mundo” por la que se proclamó el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030.
La idea es prevenir al menos el 50 por ciento de las muertes y lesiones por accidentes de tráfico para 2030. ¿Cómo? Limitando la velocidad a un máximo de 30 kilómetros por hora en las ciudades, pueblos y aldeas de todo el mundo.
Las evidencias obtenidas a nivel mundial demuestran que las calles con límites de velocidad bajos reducen el riesgo de sufrir lesiones graves y salvan vidas, además los vehículos suelen desplazarse sin problemas, con menos aceleraciones y desaceleraciones. Todo ello se traduce en una menor contaminación.
Las calles más seguras y que cuentan con los límites de velocidad más bajos animan a prescindir del vehículo y optar por caminar e ir en bicicleta.
Un menor número de vehículos hará que disminuya la contaminación del aire y las emisiones de CO2 (incluso de los vehículos eléctricos) y supondrá mayores beneficios para la salud derivados del aumento de la actividad física.
En algunos países ya se han creado zonas limitadas a 30 km/h con buenos resultados en barrios de África, América del Norte, Asia, Europa, América Latina y Australia.
En el caso de México, en el Senado de la República se aprobó la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial con la cual se podrá establecer legislaciones locales para reducir los accidentes de tránsito y mejorar la vida de las personas que transitamos por las calles de la ciudad. PdC.