Miscelánea

La Dama enlutada…

Este día en Pláticas de Café les traemos temas variados, y siguiendo un poco con las frases populares mexicanas, “tenemos de todo como en botica…”, bueno, todos los días, pero hoy desde hierbitas mágicas, frases populares, hasta narraciones de miedo como la que les vamos a contar…

Pues resulta que tenemos muchas leyendas en todo nuestro querido país y en ocasiones nos las cuentan cuando somos unos chiquillos para que nos dé el “susto” y nos portemos bien, a poco no, y es clásico que lo hagan cuando llueve y se va la luz, entonces ya sea nuestra querida mamita o abuelita, comienza con sus cuentos…

Y a propósito de que ha estado lloviendo mucho, por lo menos por la zona donde vivo han caído unas tormentas que hasta se ha ido la luz, y como que viene muy a tono contarles sobre la historia que encontré en el sitio Código San Luis, es una leyenda del estado de San Luis Potosí, me pareció interesante porque la cuenta un taxista a quien le sucedió esto, cuántas historias tendrán los choferes de taxi sería interesante que nos las contarán, pero bueno, en lo que se da esto les comparto esta leyenda, espero les guste.

Cuenta que cierto día durante la noche esperaba a las afueras de la iglesia de San José a alguna persona que solicitará su servicio. Ya pasaban más de las 12 de la noche, cuando sintió un aroma parecido al que se puede apreciar en las flores dejadas en los cementerios, en su lógica pensó que como estaba afuera de una iglesia sería normal.

Sin prestar más atención continúo leyendo un periódico, de la nada tocaron la ventanilla del copiloto, se trataba de una mujer con vestido negro la cual cubría su rostro. Aquella extraña mujer realizó una petición fuera de lo común, le dijo que si podía llevarla a distintas iglesias y esperarla afuera mientras rezaba y que su destino final sería la iglesia de El Saucito. Él desorientado por la petición acepto.

Tal como lo pidió aquella mujer, la llevo a los lugares que está le indicó. Durante el camino él trataba de hacerle plática a la mujer y por el retrovisor se percató de que aquella mujer siempre cubría su rostro y por más que intentaba encontrar un momento de descuido donde mostrará su cara, jamás pasó.

Al llegar al destino final la mujer con pena le confesó que no tenía dinero para pagarle, pero le daría un papel firmado con la dirección a la que al día siguiente debería pasar para recibir su paga.

Al día siguiente por la mañana, el taxista pasó a la dirección del papel, tocó la puerta y salió un hombre, el taxista le explicó lo que había sucedido la noche anterior, de la nada aquel hombre que en un principio parecía rudo se puso a llorar. Tras pagarle al taxista, el misterioso hombre le explicó que quien llevó la noche anterior cumplía justamente un año de estar muerta…

Qué tal, como diría Chiquidrácula, “sintieron mello”.  Espero que les haya gustado y si visitan San Luis Potosí a preguntar por esta leyenda y que nos muestren las iglesias a las que va, ¡ah! y acabo de recordar otra historia, pero luego se las cuento… CM/PdC.

Deja un comentario

Your email address will not be published.

Te puede gustar