Los matrimonios infantiles son una tragedia social, una costumbre ancestral que daña los derechos humanos de millones de niñas y niños en el mundo. Aproximadamente 12 millones de menores de edad se casan al año.
El “Informe Hemisférico sobre matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas” en los estados parte de la Convención de Belém do Pará, presentado a convocatoria del Instituto Belisario Domínguez, que preside el senador Miguel Ángel Osorio Chong, revelan situaciones alarmantes que viven con esta “costumbre” millones de mujeres en edad temprana.
Solo baste decir, por ejemplo que desde 2019 ya se conocía que los matrimonios y uniones infantiles forzadas vulneraban los derechos de al menos 6.8 millones de personas en nuestro país, refiere Olga Sánchez Cordero
Esa práctica dio como consecuencia que el 73 por ciento de las niñas dejaron sus estudios para dedicarse a las labores del hogar y al cuidado de hijas e hijos, sin importar el aumento de embarazos prematuros y contagios de enfermedades de transmisión sexual, abuso, explotación y criminalización de niños y adolescentes.
La presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Olga Sánchez Cordero, dio a conocer que más del 49 por ciento de las mujeres que se casaban antes de los 18 años, eran víctimas de violencia física, el 68 por ciento fueron violentadas sexualmente y al menos el 16 por ciento experimentaba violencia económica a partir del matrimonio.
En la presentación del informe, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, refiere que los matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas no son un fenómeno social, “son una tragedia social”; 12 millones menores de edad se casan al año, 23 cada minuto.
Y, “al terminar este evento, más de mil menores se habrán casado o unido forzosamente con alguien con el que no se debieron unir.”
El 84 por ciento de las mujeres menores de 15 años fueron obligadas a casarse o unirse a un varón y a tener un trabajo forzoso; 50 por ciento de las mexicanas menores de 18 años han tenido un hijo, y 73 por ciento deja la escuela para sumarse a las tareas del hogar.
Rocío Muñoz Flores, asesora regional de Género del Fondo de Población de las Naciones Unidas, menciona que los matrimonios infantiles y las uniones tempranas forzadas constituyen una violación a los derechos humanos con graves impactos en la salud y la vida de niñas y adolescentes.
Ana Güezmez García, directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, califica los matrimonios infantiles como una práctica nociva que daña a las niñas y limita el desarrollo de los países y reproduce las pobrezas.
De acuerdo con indicadores recabados entre la CEPAL, ONU Mujeres y UNICEF, el 22 por ciento de las niñas y adolescentes de la región se ha unido antes de los 18 años, situación que no ha variado en los últimos 25 años, por lo que se trata de un tema estructural que necesita acciones urgentes, de corto, mediano y largo plazo, señala. PdC.
Foto de Kampus Production.