La adicción a los videojuegos es uno de los trastornos comunes de estas épocas que vivimos y está clasificado en la categoría de comportamientos adictivos o de dependencia, y que se incorporó a la Clasificación Internacional de Enfermedades.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, quienes sufren este síndrome son las personas con un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente tanto en línea como fuera de línea.
Es un trastorno que está llamando mucha la atención y que preocupa a tal grado que se busca se considere materia de salubridad general el diseño de acciones para prevenir, tratar y controlar el uso problemático y adicción a los videojuegos.
Y es que si son de los que descuidan su aseo personal o dejan de ir a trabajar o cancelan toda vida social o hasta dejan de comer por no perderse una sesión de videojuegos, déjenme les platico que pueden ser considerados como adictos a esta forma de entretenimiento.
Ahí les van estos datos, el diagnóstico del trastorno se confirma cuando el comportamiento adictivo se observa en un lapso de al menos un año, aunque existen casos en los que el padecimiento es evidente y grave en periodos más breves.
Chequen si presentan al menos uno de estos síntomas:
*Deterioro en el control sobre el juego (desde el inicio hasta el final, pasando por la frecuencia, intensidad, duración y contexto).
*Incremento de la prioridad prestada al juego, que se antepone a otros intereses y actividades cotidianos.
*Persistencia o aumento del tiempo dedicado al juego pese a que tenga consecuencias negativas.
La adicción a los juegos digitales supone un riesgo alto para la salud física y mental de la persona afectada o de quienes la rodean toda vez que el patrón de comportamiento del jugador genera un deterioro personal, familiar, social, educativo u ocupacional, además de incidir en otras áreas importantes de funcionamiento del individuo.
Los expertos advierten que, a menudo, la frecuencia y el tiempo dedicado a los juegos, implica el descuido de otras actividades, a pesar de que la persona esté consciente del riesgo que conlleva la adicción al juego.
Entre los daños a la salud derivados de la afición a los videojuegos destacan la falta de actividad física, la dieta poco saludable, los problemas visuales o auditivos, las complicaciones musculoesqueléticas, la falta de sueño, el comportamiento agresivo y la depresión. PdC.
Foto de RODNAE Productions.