En los dos primeros años de la pandemia fue recurrente escuchar que los pacientes presentaban neumonía, era como una señal característica, claro, además de otros síntomas; desafortunadamente muchas personas murieron por esta enfermedad ocasionada por el coronavirus.
La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones, ocasionada generalmente por bacterias y en menor proporción por virus y hongos.
Los pulmones están formados por pequeños sacos llamados alvéolos, que en personas sanas se llenan de aire al respirar. En los enfermos estos órganos están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno, explica la Organización Mundial de la Salud.
Es un padecimiento que si se detecta a tiempo es controlable; ante las primeras manifestaciones, que llegan a confundirse con una gripe, se debe acudir al médico y evitar autorrecetarse, recomiendan los neumólogos.
La NO automedicación es muy importante para no enmascarar la enfermedad.
El académico Gabriel Escobedo Arenas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, explica que la neumonía se puede controlar mediante intervenciones y tratamientos sencillos, siempre y cuando el paciente recurra al médico de manera oportuna.
Pero cuando la persona se automedica, enmascara el cuadro clínico y cuando florece la enfermedad lo hace con mayor fuerza y por lo consiguiente se requerirán fármacos más costosos.
La llamada “neumonía adquirida en la comunidad” es la más común y se propaga al inhalar los virus y bacterias, y por vía aérea, en las pequeñas gotas que producen tosidos y estornudos, comenta el profesor.
Los factores de riesgo son, en los menores, no haber recibido pecho materno. “Es un predisponente, al cual se puede sumar la desnutrición, el hacinamiento, las malas condiciones de la vivienda y padres fumadores”.
En adultos mayores de 65 años el problema principal es el tabaquismo, pero también se deben tomar en cuenta factores concomitantes como la diabetes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, además del uso de esteroides, pues bajan las defensas y favorecen la aparición de infecciones.
Ante síntomas como tos acompañada por expectoración (flema), fiebre de más de 39 grados y un ataque al estado general (cuando la persona se siente muy mal), se debe considerar que tenemos neumonía, padecimiento que se puede diagnosticar en un consultorio mediante auscultación, y la mayoría de las veces con la revisión clínica es suficiente para iniciar el tratamiento.
Si hay dudas es recomendable hacer estudios para corroborar el diagnóstico, como una radiografía de tórax o análisis de sangre y flema, señala el experto.
Se debe valorar la hospitalización si las condiciones son críticas, como insuficiencia respiratoria: en el caso de los niños, cuando respiran en forma ruidosa y se les mueve la pancita y el pecho al mismo tiempo, y en adultos, cuando además la falta de oxigenación al cerebro provoca deterioro intelectual.
Escobedo Arenas profesor de la materia Aparato Respiratorio recomienda procurar la lactancia, ofrecer a los menores una buena alimentación, reforzar las medidas de higiene y evitar cambios bruscos de temperatura y aglomeraciones.
En el caso de los adultos, no fumar, porque este hábito disminuye la defensa más importante del pulmón y lo predispone a infecciones con cierta regularidad.
La neumonía es una enfermedad prevenible y existe una vacuna antineumococo 100 por ciento efectiva, que debe aplicarse de forma anual junto con la de influenza, y que forma parte del esquema de vacunación. PdC.
Foto de Andrea Piacquadio.