¿Has escuchado hablar de las “bebidas espirituosas”?, No, no se les llaman así porque te hagan hablar con los espíritus, bueno dependiendo de cuánto bebas, pero no se trata de eso, antes que nada: “todo con medida, nada con exceso”.
Como estamos en el mes patrio y es cuando más nos entra el gusto por probar nuestras bebidas típicas, quisimos platicar sobre estas “bebidas espirituosas” que forman parte de nuestra cultura, de nuestro entorno, de nuestra tradición.
Y dicen los que saben que una bebida espirituosa es aquella bebida alcohólica que fueron creadas mediante un proceso de destilación de materias primas agrícolas.
Es un nombre genérico para reunir a todos los destilados, ya sean aguardientes, licores o amargos, en una misma clasificación.
Pero ¿por qué se les ha dado esa denominación? Pues cuentan de boca en boca que en el momento de la destilación, los primeros alcoholes de la bebida se evaporan y que los destiladores de aquél entonces creían que espíritus emanaban de este proceso químico.
Otra historia relata que estas bebidas empezaron como un remedio medicinal, que al mezclar y macerar hierbas con otros ingredientes podían curar enfermedades. De modo que la persona enferma que la bebía como remedio, “le regresaba el espíritu al cuerpo”.
También se dice que aquello que se obtiene a través del proceso de destilación es el mismo “espíritu” de la bebida; que el espíritu del producto o su esencia es lo que se obtiene mediante la destilación. De allí el uso del término bebidas espirituosas.
Sea uno u otro el motivo de su denominación, que a decir verdad todas tienen mucho de cierto, resulta que por la calidad de estas “bebidas espirituosas”, la exportación de ellas distingue a nuestro país a nivel mundial.
Quien iba a decirlo, muchas décadas atrás el tequila, el pulque o el mezcal solo se bebían en los pueblos. Bueno, las cosas han cambiado para bien ya que de ellas viven miles de familias.
La mayoría de estas bebidas son elaboradas con agave, en México existen 215 especies de este valioso producto, con el cual se hacen bebidas como:
*El bacanora, proveniente de Sonora, se obtiene del agave angustifolia.
*El tequila, tradición de Jalisco, es un destilado del agave azul.
*El mezcal, típico de Oaxaca, es elaborado con agave ancho y espadín en su mayoría.
*La raicilla, que recientemente obtuvo su denominación de origen, proviene del agave maximiliana de Jalisco y Nayarit.
En 2021, la producción del agave tequilero fue de más de un millón cuatrocientas mil toneladas, siendo Jalisco el mayor productor; en el caso del mezcal fueron más de 370 mil toneladas de agave mezcalero, siendo Oaxaca el principal productor.
La producción de estas bebidas representa una actividad cultural, social, tradicional y sustentable, lo que nos posiciona dentro de los mercados internacionales como uno de los mejores productores y exportadores.
En Europa, nuestro país es representado por nuestras exportaciones y, sobre todo, por las bebidas espirituosas que reflejan nuestra cultura, tradición y sustentabilidad en la elaboración.
Septiembre es un mes sumamente representativo para los mexicanos pues es uno de los periodos en donde más consumimos “bebidas espirituosas”
Ahora que ya sabes porque les llaman así, brindemos y disfrutemos con medida, aunque suene trillado, pero es la mejor forma de paladear cada sorbo y cada momento. PdC.
Foto de Denys Gromov.
