La Loca del Gato y otras

¿Cómo afronto el adiós de mi peludo? I

Qué difícil es despedirnos de un ser querido, de alguien que ha formado parte de nuestra vida e historia, de la persona que nos ha cuidado y guiado por la vida o siendo nuestra compañía de juegos y diversiones.

Sí, que duro es decir adiós, pero esto no es nada fácil cuando nuestro ángel de cuatro patas se va al cielo, nos dice adiós ya sea porque es un viejito, tiene una enfermedad o sufrió un accidente. Sea como sea la forma en que nos dijo adiós es muy complejo dejarlos ir.

Sobre este tema y buscando en master Google encontré en srperro.com, esto que me pareció interesante compartir con ustedes para poder tener un mejor panorama de cómo afrontar esta pérdida.

Muchas personas se sorprenden ante las emociones que afloran tras la muerte de su compañero de cuatro patas. Se llegan a sentir, incluso culpables, por la pena que sienten. En estos momentos vale la pena recordar que nuestro peludo era parte de nuestra vida, de nuestra rutina y de nuestra manada.

A menudo, no somos conscientes de que, no sólo pasamos duelo por él, sino también lloramos la pérdida de esa época feliz de nuestra vida, por todo lo que nos dio durante ese tiempo y por los lazos que ayudó a crear con otras personas y animales, que se han convertido en importantes para nosotros.

Los peques de casa y las personas mayores que viven con la única compañía de su lomito son las personas más afectadas por esta pérdida. No debemos dejarlos solos y es nuestro deber estar atentos a su estado emocional.

No debemos avergonzarnos de sentir dolor y de llorar por un ser que nos ha acompañado tanto tiempo y a lo largo de su vida. Probablemente el peludo ha vivido una gran parte de su vida con nosotros.

Lo hemos visto crecer y hacerse adulto e incluso anciano. Es normal sentirse apático ante su marcha, sin ganas de ver a gente, sin ánimos de nada, incluso sin ganas de comer…

Seguro que habrá personas que no entiendan estos sentimientos ni sepan valorar la tristeza que provocan (sobre todo de aquellos que siempre han pensado aquello de que “no es más que un perro”).

En estos momentos, es más importante que nunca, tener a alguien con quien compartir sentimientos; es preciso hacer el esfuerzo de hablar sobre la pérdida.

Rosa Roldán de Perrygatos, técnico en comportamiento canino y felino y educadora canina, nos comparte su experiencia para darnos una breve guía sobre cómo afrontar la pérdida de un firulais.

Las fases del duelo:

Aquellas personas que han perdido un peludo entenderán perfectamente al leer esto. Se hace necesario hablar de nuestro animal y de cómo nos sentimos por su ausencia con aquellos que sepan entendernos.

Son días amargos pero que, a la larga, debemos atravesar ya que se hace necesario asimilar la marcha de un ser querido como ha sido nuestro peludo.

Llega el momento de superar las diferentes fases del duelo. Se trata de un proceso de ajuste emocional, durante el cual diversas emociones compiten entre sí.

Tiene diferentes etapas que pueden explicarse separadamente pero que, casi nunca se presentan de un modo ordenado. Pueden solaparse y mezclarse entre sí, pero, para completar el proceso de asimilación, hay que experimentarlas todas.

La Negación: es la primera etapa de duelo, se produce cuando nos negamos rotundamente a aceptar la pérdida. No quieres creer lo que ha pasado. No crees que nunca volverá.

El Enfado: con uno mismo o con los demás. Es la ira, rabia, cólera, furor y coraje que sentimos cuando sabemos que sí ha ocurrido, que sí es verdad, que ha muerto.

La Depresión: en esta etapa, las personas nos sentimos angustiadas, miedosas, afligidas, a menudo lloramos y, en cierta manera, nos sentimos culpables o arrepentidas. Empezamos a darnos cuenta de que la pérdida es irrevocable, y que debemos continuar viviendo, sin la presencia de algo tan importante en nuestras vidas.

La Aceptación: es cuando de nuevo nos sentimos preparados para afrontar el hecho de la muerte de nuestro lomito. Somos conscientes de que nunca más volverá y retomamos nuevamente nuestras vidas de un modo más tranquilo. Esto no significa que dejemos de pensar en ellos, sino que podemos seguir adelante admitiendo el hecho de que nunca más estarán a nuestro lado.

Esta es una primer entrega de cómo podemos superar esta gran pérdida de nuestro peludo o peludos. Ya les contaré en la siguiente cómo podemos seguir procesando este momento.

  “De lo único que culpo al destino es que la vida de los perros sea tan corta.” – Anónimo.

 Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.

Escrito por La Loca del Gato 🐈 y Otras…

Foto de Josh Sorenson.

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