Necesidad de dormir más o menos horas de lo normal, cambios en el apetito, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud, sentimiento de inutilidad, culpabilidad, desesperanza, pensamientos de autolesión o suicidio, son algunos de los síntomas que suelen presentar las personas con depresión.
La combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos son la causa de la depresión. Los genes heredados y la influencia de las experiencias vividas pueden predisponer a padecerla.
Depresión, un trastorno mental que se caracteriza por el sentimiento de tristeza persistente, apatía e indiferencia por las actividades que anteriormente se disfrutaban, así como la incapacidad de llevarlas a cabo, y que la pandemia aumentó a más del doble su prevalencia.
En México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión; de ellas, uno por ciento son casos severos, revela un estudio realizado en 2021 por los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud, disponible en https://bit.ly/3kbeC29
El informe Panorama de la Salud 2021 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), muestra que el impacto de la pandemia en la salud mental “ha sido enorme”.
Ya que la prevalencia de casos de ansiedad y depresión aumentó más del doble en comparación con lo observado antes de la crisis, sobre todo en México, Reino Unido y Estados Unidos.
La depresión que también altera los patrones de sueño y apetito, en casos severos, se presenta comportamiento suicida y alteraciones somáticas como dolor, hormigueo y rigidez muscular. Los síntomas prevalecen durante todo el día y por dos semanas consecutivas.
La directora de Gestión de los SAP, Lorena López Pérez, refiere que la pandemia por COVID-19 dejó graves repercusiones en la salud mental y aumentó los problemas psicosociales.
“Esto es relevante, ya que los problemas psicosociales tienen alta correlación con la generación de episodios depresivos, que fueron ocasionados por el incremento en los niveles de estrés por el miedo a contagiarse y por el aislamiento social”, explica.
Esta situación ha provocado cambios en la alimentación, en los patrones de sueño y dificultades en el núcleo social; en adolescentes se observa aumento en el consumo de sustancias psicoactivas y actos violentos.
La falta de atención médica especializada provoca que la enfermedad evolucione, se vuelva crónica y limite a las personas en todas las esferas sociales.
El tratamiento depende de la intensidad y tipo de síntomas. Puede ser solo con psicoterapia para casos leves, o con terapia, medicamentos y soporte comunitario para pacientes graves.
Para otorgar atención especializada en materia de adicciones y salud mental a la población, se cuenta con el Centro de Atención Ciudadana la Línea de la Vida 800 911 2000, el cual brinda servicio las 24 horas del día los 365 días del año.
A través de una llamada el usuario recibe información y orientación sobre ansiedad, depresión o riesgo suicida, así como del consumo perjudicial de sustancias psicoactivas.
También ofrece intervenciones breves en situaciones de crisis emocionales y refiere aquellos casos que requieran una intervención presencial a centros de salud especializados.
La depresión no es un signo de debilidad, es una condición de salud mental común y grave que puede presentarse a cualquier edad. Con la atención de especialistas este padecimiento es tratable. PdC.
Con información del Blog de la Secretaría de Salud.
Foto de Cottonbro Studio.