Enorme y carismático, que con sus 20 metros de largo y 30 toneladas de peso surca las aguas del mundo, el pez más grande del planeta, se encuentra al borde de desaparecer para siempre de los mares.
Para concientizar a todos del peligro que significa la pesca ilegal, la contaminación de los mares, el tráfico de embarcaciones y el turismo no sostenible para la vida de esta especie, hoy 30 de agosto se celebra el Día Internacional del Tiburón Ballena.
Estos gigantes de los océanos, de acuerdo con la NOM059-SEMARNAT-2010, es una especie amenazada y que por su estatus de riesgo es muy, pero muy importante mantener regulada la actividad de avistamiento para evitar daños a estos organismos y a su hábitat.
Pero, ¿qué sabemos de este pez que se alimenta de diminutos vegetales y animales que retiene y filtra a través de sus branquias?
No por tiburón se piense que es agresivo, por el contrario, este pacífico pez se distingue no solo por la coloración de su piel gris con rayas y puntos blancos que le ha ganado el sobrenombre de pez damero o dominó.
Posee un cuerpo largo y angosto y una cabeza ancha con ojos pequeños a los extremos laterales, y remata en una enorme boca desprovista de dientes.
El apreciado tiburón ballena no se reproduce con facilidad y presenta una madurez sexual tardía, por lo que en su etapa juvenil es muy seguro que sea cazado o que muera antes de tener crías.
En nuestro país, Rhincodon typus, nombre científico de este pez, es una especie de alta importancia para la conservación catalogada en estatus de protección como amenazada de acuerdo a la ya citada norma.
La que señala que es objeto de aprovechamiento no extractivo mediante actividades de observación y nado realizadas en áreas determinadas según la presencia de individuos en sitios como:
Bahía de La Paz, en Baja California Sur; bahía de Los Ángeles, en Baja California; bahía de San Blas, en Nayarit, y al norte de Quintana Roo, sitios donde la observación y nado con tiburón ballena representa una actividad importante y económicamente rentable para las comunidades ribereñas.
Bahía de La Paz es uno de los sitios privilegiados del mundo que recibe una agregación temporal bien definida de tiburones ballena, segregada por talla, y son más abundantes los juveniles con tallas menores a 9 metros, aunque se desconocen las causas ambientales que propician los arribos.
Los tiburones ballena comienzan a llegar en el mes de octubre a bahía de La Paz, para migrar a otros sitios de junio a julio, según la densidad de alimento y las fuertes corrientes de marea.
Realizar actividades turísticas de observación y nado con esta especie ha elevado la presión negativa en el hábitat donde se distribuyen los ejemplares.
Por lo que ha sido prioritario establecer medidas de manejo adecuadas para proteger y preservar al tiburón ballena y sus crías, donde enfrenta también a sus depredadores naturales como la orca, el tiburón tigre y el tiburón blanco.
Si te interesa la observación y nado con tiburón ballena en nuestros mares, toma en cuenta que está PROHIBIDO:
*Dirigir la marcha o dirección de la embarcación hacia el tiburón ballena, o hacia las personas que realizan el nado.
*Emplear embarcaciones no autorizadas: motos acuáticas, kayaks, canoas inflables, sumergibles y bananas, entre otros.
*Utilizar aviones ultraligeros y helicópteros para realizar la actividad.
*Usar bloqueadores solares o bronceadores no biodegradables.
*Acosar, tocar, montar o dañar de cualquier forma al tiburón ballena.
*Obstruir el curso o restringir los movimientos de los ejemplares de tiburón ballena, ya sea con embarcaciones o con nadadores.
*Usar motores de “propulsión” o embarcaciones menores de remo (kayaks, dinguis, botes salvavidas, etcétera) para nadar cerca del tiburón ballena.
*Utilizar flash–iluminación artificial- dentro del agua.
Es decir que si queremos conocerlos, solo debemos cumplir con todas las indicaciones para preservar a esta especie y a su hábitat, para evitar que desaparezca por completo del planeta. PdC.
Con información del Blog de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
