CDMX, Noviembre 6/23.- Los animales son más que mascotas, más que una fuerza de trabajo o de transporte, son más que productores de alimentos u objetos de experimentación; son seres que sienten y que poseen estados afectivos como los humanos.
Y por eso, no existen argumentos válidos para excluirlos de nuestra consideración ética; los seres humanos debemos asumir mayor responsabilidad en nuestra relación con los animales.
Debemos dejar de verlos como simples objetos o recursos naturales para satisfacer las necesidades de nuestra especie, refiere el investigador y secretario académico del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, Itzcóatl Maldonado Reséndiz.
En el artículo 13 de la Constitución Política de la Ciudad de México se establece una categoría de protección a los animales, los reconoce como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno.
En la capital de la República mexicana toda persona tiene un deber ético y una obligación jurídica de respetar su vida e integridad; por su naturaleza, son sujetos de consideración moral y su tutela es responsabilidad común.
La ley de protección a los animales, también de esta urbe, en su artículo cuarto bis establece la obligación de todos los ciudadanos de resguardarlos, incluidos los tutores y prestadores de servicios profesionales, como pueden ser los médicos veterinarios.
Hoy en día no se puede decir: desconocía que no debo golpearlos, que tampoco deben vivir en la azotea, o no sabía que tengo que darles una muerte sin sufrimiento. Es normativa jurídica evitarles sufrimiento. PdC.
