CDMX, Noviembre 6/23. – Según un estudio publicado en el Journal of Investigative Medicine, los investigadores de Mayo Clinic descubrieron que los pacientes con síndrome crónico de COVID que habían sido vacunados antes de contraer el virus tenían menos posibilidades de tener síntomas como dolor abdominal, dolor de pecho, mareos y falta de aire.
Recibir la vacuna contra la COVID-19 podría significar no solo un menor riesgo de tener afecciones posteriores a la COVID-19 o síndrome crónico de COVID, sino también la presencia de menos síntomas para quienes contraigan la afección.
“Este estudio demuestra que las vacunas pueden resultar muy importantes para el síndrome crónico de COVID y pueden ayudar a reducir la gravedad de la afección”, señala el doctor Greg Vanichkachorn, director médico del Programa de Mayo Clinic para rehabilitar la actividad después de la COVID y autor principal del estudio.
Desde 2020, se han confirmado más de 768 millones de casos de COVID-19 en todo el mundo, según lo informado por la Organización Mundial de la Salud.
De las personas infectadas, se calcula que un 20 por ciento de menores de 65 años y un 25 por ciento de mayores de 65 años, presentará afecciones posteriores a la COVID-19, lo que también se conoce como síndrome crónico de COVID-19.
Estos síntomas pueden incluir fatiga, falta de aire, dificultad para concentrarse, dolor de pecho y dolor abdominal.
En el estudio participaron 477 pacientes que buscaban tratamiento para el síndrome crónico de COVID en Mayo Clinic entre el 27 de mayo de 2021 y el 26 de julio de 2022. Un poco más de la mitad de los pacientes había recibido la vacuna contra la COVID-19, Pfizer, Moderna o Johnson & Johnson, antes de contraer el virus.
En el estudio, se descubrió que los pacientes vacunados tenían la mitad de probabilidades de tener dolor abdominal, en comparación con pacientes no vacunados.
Además, los pacientes vacunados también tenían menos probabilidades de informar otros síntomas, incluidos la pérdida del olfato, el dolor de pecho, los mareos, el entumecimiento, la falta de aire, los temblores y la debilidad.
No hubo una diferencia significativa entre los pacientes vacunados y los no vacunados con respecto a los informes de fatiga, dolor muscular y taquicardia, o latidos cardíacos irregulares.
El doctor Vanichkachorn afirma que continuar las investigaciones ayudará a los científicos a comprender de qué forma la vacuna contra la COVID-19 afecta los síntomas del síndrome crónico de COVID, en especial, con las nuevas variantes del virus.
“Han pasado tres años desde que comenzamos a trabajar con pacientes que tienen síndrome crónico de COVID”, explica Vanichkachorn. “Necesitamos más investigación para comprender qué sucede a nivel celular para que se presenten estos síntomas. Cuando podamos entenderlo mejor, tengo esperanza de que podremos ofrecer nuevos tratamientos para el síndrome crónico de COVID”. PdC.
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