La Libreta del Cine…
“Los Asesinos de la luna”, dirigida por Martin Scorsese, adapta la novela homónima de David Grann y se centra en el “Reinado del Terror” de los Osage en el Oklahoma de los años 20.
A pesar de la elección cuestionable de enfocarse más en los perpetradores que en los nativos americanos, la película ofrece visuales deslumbrantes y actuaciones sólidas lo cual se agradece y se disfruta.
Basada en hechos reales, la película explora la riqueza de la tribu Osage a través del petróleo en sus tierras, convirtiéndolos en la comunidad más rica per cápita del mundo en la década de 1920. Sin embargo, la trama se aleja de la perspectiva nativa y se centra en los perpetradores de los crímenes, dejando a los Osage como personajes secundarios en su propia historia.
La narrativa se desarrolla alrededor de Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) y su tío, William “King” Hale (Robert DeNiro), vinculados a los crímenes. Mollie (Lily Gladstone), una mujer nativa americana, se convierte en un peón en el juego de codicia y asesinato.
La película, a pesar de un comienzo lento, demuestra la maestría visual de Scorsese con una cinematografía impresionante y destacadas actuaciones.
Sin embargo, la elección de centrarse más en los perpetradores que en los nativos americanos puede considerarse arriesgada.
El aspecto técnico varía, con un diseño de producción perfecto pero trajes que podrían haberse utilizado de manera diferente. La banda sonora de Robbie Robertson, una joya, crea una atmósfera única con ritmos nativos americanos.
Con una duración de 3 horas y 26 minutos, la película puede parecer larga, y aunque ofrece una visión visualmente impresionante de un crimen real, puede dejar insatisfechos a aquellos puristas que buscan una comprensión más profunda desde la perspectiva de los pueblos originarios.
“Los Asesinos de la luna” se destaca por su magnificencia artística pero puede carecer de una exploración completa de la experiencia de los endémicos americanos. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.