Sumergirse en “El peligro de estar cuerda”, con su título tomado de un verso de Emily Dickinson, nos invita a un fascinante viaje literario de la mano de Rosa Montero.
Aunque sus libros quizás no encabecen listas de los mejores de la historia, la experiencia de explorar su obra, despierta un deseo irrefrenable de leer y vivir más.
En este ensayo, Rosa Montero reflexiona sobre la conexión entre la creatividad y la locura, explorando la idea de que cierto grado de desequilibrio mental alimenta la creatividad.
La autora se sumerge en las experiencias de figuras literarias como Woolf, Silvia Plath, Stefan Zweig, Proust, Onetti, Dickinson y Doris Lessing.
En una entrevista, describe su libro como una búsqueda para iluminar sus sombras y arrojar luz sobre sus abismos, logrando un crecimiento personal significativo.
El libro propone un recorrido por esta relación, deteniéndose en momentos intrigantes mientras desarrolla ideas como la noción de que “del dolor de perder nace la obra”, una verdad evidente para muchos autores, incluida ella con su obra “Ridícula idea de no volver a verte”. Rosa Montero nos lleva a comprender que las novelas, tal vez, son como islas de significado en el mar del desorden, subrayando la diferencia entre sentido y significado, enriqueciendo así la lectura y la vida.
“El peligro de estar cuerda” explora la singularidad de los artistas, sugiriendo que comparten cierta “pedrada en la cabeza” vinculada a la soledad y a la búsqueda constante de una vida intensa. Describe a los escritores como “yonquis de la intensidad”, señalando cómo esta intensidad, aunque adictiva, proviene del esfuerzo por evadir la vacuidad de la realidad.
Esto lo suscribo.
También se refiere a los determinismos biológicos, como la poda neuronal mencionada por Mara Dierssen.
Sin ser un artista ni considerarse particularmente creativo, el lector común podría reconocerse en situaciones descritas en “El peligro de estar cuerda”. La tendencia a anticipar desgracias, algo que Rosa Montero señala, resuena con la experiencia de todos nosotros, mostrándonos que compartimos cierta dosis de locura. Insinúa también que, de alguna manera, estamos un poco “locos” y que la lectura, al igual que la creatividad, exige abrazar esa locura.
La obra nos recuerda que somos pura narración, palabras en busca de sentido.
Cambiar el relato implica cambiar la vida, y la memoria, es una fantasía en constante evolución.
Todos somos narradores de nuestra existencia, y aquellos con dificultades para narrar se definen por lo que leen.
Concluyo, “El peligro de estar cuerda” nos socorre para encontrar significado en nuestras propias narrativas.
Rosa Montero (Madrid, 1951) Estudió periodismo y psicología. Colaboró con grupos de teatro independiente, como Canon o Tábano, a la vez que empezaba a publicar en diversos medios informativos.
En 2022 obtuvo la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes así como el Premio Especial en los XXXIII Premios ‘El Ojo Crítico‘ de RNE al tiempo que ‘El peligro de estar cuerda’ fue considerado el Mejor Libro de No Ficción para el Gremio de Libreros.
Desde finales de 1976 trabaja de manera exclusiva para el diario El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.