“Un domingo en el campo” es un estupendo libro que, aunque aparentemente simple, está lleno de matices y emociones. La trama sigue a Monsieur Ladmiral, un pintor anciano, y sus reuniones familiares dominicales en las afueras de París. Sin embargo, la llegada sorpresiva de Irène, la hija adorada y poco conocida, desencadena una serie de tensiones familiares no expresadas. A través de un estilo sutil y una inteligente levedad, Pierre Bost nos ofrece un retrato brillante de la vida familiar justo antes de la Primera Guerra Mundial.
“Un domingo en el campo” se desarrolla en un solo día, durante un domingo en la casa de campo de Monsieur Ladmiral. El texto lleno de detalles y pistas requiere atención por parte del lector. La novela se centra en la construcción de personajes, desde Monsieur Ladmiral, con su ironía y amor desigual por sus hijos, hasta Gonzague, el hijo sufrido, e Irène, la hija liberada y sociable.
El contraste entre lo rutinario y lo extraordinario se destaca con la llegada de Irène. Su presencia revela secretos entre los personajes. La nostalgia permea toda la historia, especialmente en el contexto de una Francia prebélica, lo que añade profundidad a la narrativa.
“Un domingo en el campo” plantea la cuestión de la elección entre lo antiguo y lo nuevo, lo conservador y lo progresista, a través de sus personajes. Monsieur Ladmiral representa la lucha interna de la sociedad francesa frente a un cambio de paradigma, mientras que Gonzague e Irène encarnan diferentes actitudes hacia la modernidad y la tradición.
La obra nos invita a reflexionar sobre temas como la familia, la identidad y el paso del tiempo. A través de un estilo elegante y evocador, Pierre Bost nos lleva a la intimidad de la vida familiar y nos muestra cómo las tensiones y los conflictos pueden surgir incluso en los entornos más apacibles.
“Un domingo en el campo” es una obra delicada y emotiva que ofrece una mirada profunda a la vida familiar y a los cambios sociales en la Francia de principios del siglo XX. A través de sus personajes complejos y su narrativa sutil, la novela nos invita a reflexionar sobre la nostalgia, el cambio y la naturaleza de las relaciones humanas.
Pierre Bost (Lasalle 1901-París 1975), creció en Le Havre y se instaló en París poco después de la Primera Guerra Mundial. Entre 1924 y 1945 publicó más de una docena de novelas y ensayos, buena parte de ellos siguiendo la estela de Marcel Proust. Fue uno de los escritores y periodistas más importantes del periodo de entreguerras y, años después, uno de los mejores guionistas del cine francés de posguerra. Sus trabajos más importantes son Faillite (1928), Le scandale (1931, PremioInterallié 1931), Porte-Malheur (1932) y Un domingo en el campo (1945), tras el cual no volvió a escribir más novelas. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.