En “La conformista”, Alba Dedeu presenta una narrativa rasa y segura, sin parafernalia literaria pero con una profundidad que la hace destacar como un emblema generacional o social. La historia sigue a Eva, una joven que vive con su pareja Pere en un modesto piso en Barcelona. Su vida se centra en su pequeño negocio, una rosticería que impregna su rutina diaria con el olor del pollo asado. Aunque su existencia carece de glamour o sofisticación, Eva y Pere encuentran cierto consuelo en la rutina: atienden el negocio, cenan sobras de pollo, disfrutan de una cerveza frente al televisor y tienen vacaciones anuales modestas.
Y así, la cotidianidad de Eva y Pere, sin sobresaltos aparentes, salvo algunas fantasías efímeras de Eva sobre una posible relación con el padre de una compañera de catequesis de su hija. A través de estos personajes, se insinúa un conflicto generacional y de clases, mostrando cómo la vida de Eva y Pere contrasta con la de sus padres, quienes aparentemente tuvieron una existencia más desahogada.
Alba Dedeu es directa y coloquial, con capítulos que son extensos párrafos que simbolizan la monotonía de la vida de los protagonistas. Los diálogos escuetos y la omisión de puntuación en las frases de Eva añaden profundidad y realismo a la historia. A través de estos recursos, la novela se presenta como brillante y madura, espontánea pero calculada en su precisión.
A lo largo de apenas ciento diez páginas, Alba Dedeu esboza un retrato honesto y preciso de la vida de Eva y Pere, resaltando la falta de alternativas y los largos periodos en los que apenas suceden acontecimientos notables. Alba Dedeu utiliza elipsis temporales para mostrar cómo la vida sigue su curso, desde el nacimiento de sus hijas hasta su adolescencia, sin grandes cambios en la rutina de la pareja.
La novela que destaca por su narrativa sencilla pero efectiva, explorando la cotidianidad y la falta de alternativas en la vida de sus protagonistas. Alba Dedeu logra capturar la esencia de la monotonía y la resignación con un estilo directo y auténtico, convirtiendo esta primera obra en un retrato conmovedor de la vida ordinaria.
“La conformista” esconde mucho más de lo que parece a ojos vistas: muestra la hoguera crepitando detrás de la frustración de la rutina que puede llegar a sofocarnos, el temor a perder lo que hemos logrado, y las incertidumbres que enfrentamos día a día. También refleja la tranquilidad que trae consigo el paso del tiempo, la estabilidad y el confort que tanto nos ha costado alcanzar.
“La conformista” nos lleva a reflexionar sobre cómo vivimos nuestras vidas, cómo enfrentamos lo que nos sucede, y si deberíamos conformarnos con nuestra situación actual o luchar por algo más. ¿Es más fácil conformarse que enfrentar las consecuencias de nuestras decisiones?
Nadie es completamente bueno o malo; todos tenemos matices, y “La conformista” captura eso de manera precisa: la humanidad, cambiante e imperfecta.
Quiero creer que Eva y Pere logran encontrar esa tranquilidad.
Alba Dedeu Surribas (Granollers, 1984) es una escritora y traductora española. Estudió medicina en Barcelona y en Florencia, ejerció de médico durante un tiempo, finalmente, se dedicó a la traducción y a la creación literarias. Con solo veintiséis años, ganó el premio Mercè Rodoreda de cuentos y narraciones (2010) y el premio Crítica Sierra de Oro (2012) con su primera compilación de cuentos Gats al parc (2011). El año 2012 publicó una segunda compilación, El verano no se acaba nunca. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.