Es como un “virus” altamente contagioso. Se propaga a una velocidad increíble a través de redes sociales. Es un fenómeno que consiste en la viralización, intencional o no, de contenido especulativo, no verificado, que afecta la noción y el juicio de la opinión pública.
En la conferencia “Infodemia, un problema de salud pública”, la académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVyZ) de la UNAM, María Fernanda Hernández Morales, refirió que ese “virus” dificulta que la población encuentre fuentes fidedignas que permitan una orientación de fiar cuando se requiere saber de algo.
Refiere que la infodemia ocurre durante las pandemias y se moviliza y difunde día a día, de ahí su importancia. Se caracteriza por la cantidad o volumen de contenido de un tema en específico, la velocidad de propagación y la desinformación.
Es como un “virus” que tiene capacidad de propagación a una velocidad increíble a través de las redes sociales, y más si el contenido que se maneja es impactante, ocasionando problemas en salud pública.
La principal forma de propagación se realiza a través de las redes sociales, como Facebook, Instagram o TikTok.
En México se tiene registro de 91.7 millones de personas, 78.3 por ciento de la población como usuaria de teléfonos móviles; 88.6 millones, 75 por ciento, usa internet, “por eso la velocidad de propagación de la información es increíble”.
Un ejemplo del impacto de la infodemia fue que circuló contenido erróneo de animales de compañía y se decía que perros y gatos contagiaban la COVID-19. En ese momento se elevaron las tasas de abandono de estos, y ello ocasionó problemas como fecalismo, agresiones a personas, etcétera.
Por eso, dice, debemos cuestionar si lo que nos llega es cierto, además de aprender a generar un criterio antes de difundir y viralizar información falsa que recibimos. Eso ayuda a generar cambios al hablar con datos reales y comprobados, disminuyendo el impacto a la salud.
Por su impacto, la infodemia se puede pensar como una “enfermedad altamente contagiosa”. Por ello, hay que darle la importancia de un problema real, que daña a la salud de la población, y aunque no podemos eliminarla, es posible controlarla.
No son lo mismo
La integrante del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, precisó que la malinformación es difundir datos engañosos o falsos, sin la intención de engañar o hacer daño, debido al desconocimiento del tema, por ejemplo decir que un collar de limones evita que un perro se enferme o que tiene capacidad de curarlo.
De acuerdo con Hernández Morales, la infodemiología es una disciplina que se creó para combatir a la infodemia, es una ciencia para su gestión. También llamada epidemiología de la información se encarga de realizar vigilancia de esta y crear acciones para distribuir datos correctos a la población.
En 2022, detalló Hernández Morales, se llevó a cabo un estudio el cual indica que México ocupa el quinto lugar de los países con mayor consumo de redes sociales.
La especialista indicó que las TIC son herramientas que permiten analizar, difundir y almacenar la información de manera digitalizada. La difusión se da en podcast, artículos, informes, noticias, infografías, carteles, videos, etcétera.
Pero también juegan un papel determinante en la infodemia, en eventos de impacto en salud pública, agregó la académica universitaria.
No hay que satanizar, las TIC no son malas: tienen ventajas y desventajas, ayudan a la educación y promoción de la salud al favorecer un entorno de vinculación y colaboración entre sectores; pero, al mismo tiempo, también pueden ser usadas para un mal manejo de la información. PdC.
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