“El planeta de los simios, nuevo reino”, es para todos aquellos que no han tenido suficientes escenas de monos montando caballos.
La película original de 1968 protagonizada por Charlton Heston descubre a sus ancestros simios en el año 3978. Estaba basada en la novela de ciencia ficción de 1963 del autor francés Pierre Boulle, que era una sátira sobre el poder.
“El planeta de los simios, nuevo reino” es el reinicio y precuela de la original, que critica las religiones hambrientas de poder.
Es una película forzada contada en tres actos sobre el líder simio despótico pero iluminado Proximus Caesar (Kevin Durand, reemplazando a Andy Serkis en el papel) y sus despiadados esfuerzos por mantener el control del mundo mientras los humanos se han vuelto primitivos unos 200 años después de que se descubriera al César original y sus enseñanzas de armonía hayan sido descartadas.
El nuevo César es un líder cruel que gobierna desde su reino en un campamento costero cercano a una tumba sellada, que podría contener las claves para encontrar el poder secreto definitivo para gobernar el mundo si se abre. Proximus es instruido en la historia humana por el humano Trevathan (William H. Macy).
Reconozco que está filmada con hermosa fotografía escénica, tiene efectos especiales finos, la actuación no es mala, está bien elaborada y tiene tanto personajes agradables con los que puedes relacionarte como simios malos a los que puedes aborrecer.
El relato de iniciación está contado desde el punto de vista del joven e inexperto simio Noa (Owen Teague) del Clan del Águila, quien está decidido a vengar la muerte de su padre y a los miembros de su clan secuestrados y asesinados por un feroz clan de monos enviado para exterminar su tribu pacífica por Proximus.
Noa se dirige a ver a Proximus en su reino. Lo acompaña en su viaje el gentil, sabio y compasivo orangután Raka (Peter Macon) y el raro humano que puede hablar, Nova, cuyo verdadero nombre es Mae (Freya Allen). Raka sigue siendo un creyente a tope en el llamado de César por un mundo pacífico y en armonía.
El director Wes Ball (“Mazerunner” / “El corredor del laberinto: La cura mortal”) y el escritor Josh Friedman enloquecieron con las imágenes generadas por computadora de esta película de gran presupuesto, pero… pero la narrativa de la película de venganza es muy superficial, los diálogos torpes y su historia nunca me conmovió emocionalmente.
Aunque la película, que es demasiado larga, no es terrible, pero no puede compararse con la original. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.