Violaine Bérot despliega una historia intensa y multifacética que combina la crudeza de un drama rural, los ecos de un misterio con tintes de novela negra y la delicadeza de una fábula mágica. En apenas 138 páginas, Violaine Bérot nos sumerge en un valle montañoso remoto donde el hallazgo de una niña junto a un hombre solitario, conocido como el Oso, desata una investigación policial que va más allá de los hechos. “Como bestias” no se centra tanto en el qué ocurrió, sino en el cómo cada miembro de la comunidad interpreta lo sucedido desde sus propios prejuicios, miedos y creencias. Es un relato donde las voces narrativas –humanas y mágicas– convergen para explorar qué significa ser diferente y cómo la sociedad reacciona ante aquello que no comprende.
La estructura de “Como bestias” es audaz y distintiva. A través de los interrogatorios policiales, Violaine Bérot nos muestra solo las respuestas de los testigos, nunca las preguntas, generando una atmósfera introspectiva que parece más cercana a monólogos que a un diálogo. Cada declaración, subjetiva y teñida de juicio, va construyendo la historia como si fuese un rompecabezas, dejando al lector la tarea de unir las piezas.
Paralelamente, un coro de hadas –como un eco de los mitos rurales y cuentos populares– interviene en la narración con poemas que aportan una perspectiva etérea y mágica a los acontecimientos, conectando la realidad tangible del pueblo con las leyendas y supersticiones de la tradición oral. Es un juego narrativo que enriquece el relato al superponer lo terrenal y lo mágico, lo físico y lo inasible.
El centro de “Como bestias” no es la niña ni el Oso, quienes permanecen casi como figuras míticas sin voz propia, sino la comunidad que los rodea. Violaine Bérot reflexiona sobre cómo construimos la identidad de los demás a través de nuestras percepciones, rumores y habladurías. Los interrogatorios revelan mucho más sobre los miedos y prejuicios de los habitantes que sobre los supuestos culpables, exponiendo una sociedad que rechaza y demoniza lo diferente. ¿Quiénes son las verdaderas bestias? La pregunta late en cada página mientras la narración desdibuja los límites entre humanidad y animalidad, razón y superstición, civilización y salvajismo.
Otro tema central es la libertad y su tensión con las normas sociales. En el enfrentamiento entre la tranquilidad del aislamiento rural y las invasivas decisiones externas, “Como bestias” plantea preguntas incómodas: ¿cuándo se convierte la intervención en violencia? ¿Es siempre la protección del débil un acto altruista o puede ser una excusa para imponer nuestras propias reglas? Estas reflexiones, que dialogan con problemas contemporáneos como el control social y la vigilancia moral, añaden profundidad a la trama.
Sin embargo, no todo es perfecto en “Como bestias”. Violaine Bérot introduce hacia el final un capítulo que rompe con el tono y el ritmo de la novela, una decisión que puede sentirse forzada y paternalista, como si subestimara la capacidad del lector para interpretar la historia.
Aun así, esta pequeña fisura no opaca el impacto de “Como bestias”, que combina su atmósfera sombría con un lirismo contenido para explorar temas como la violencia hacia las mujeres, la incomprensión social y la convivencia entre lo humano y lo animal.
Concluyo, “Como bestias” es un relato breve pero poderoso, que entrelaza lo mágico y lo real para cuestionar nuestras certezas. Violaine Bérot crea una obra que conmueve, incomoda y, sobre todo, invita a la reflexión. ¿Quién define la normalidad? ¿Dónde trazamos la línea entre civilización y barbarie? Tal vez, como sugiere Violaine Bérot, las verdaderas bestias no siempre son quienes aparentan serlo.
Violaine Bérot (Francia, 1967) Estudió en la Universidad de Toulouse, donde obtuvo la licenciatura en filosofía en 1987 y, luego, en 1991, se convirtió en ingeniera informática.
En 1994 publicó su primera novela, Jehanne, un monólogo interior de una Juana de Arco llena de amor, en vísperas de su muerte. Luego, en Léo et Lola, su segundo libro publicado en 1996, aborda el tema del incesto. En 1999, publica Tout pour Titou. Después de estas tres novelas deja Toulouse para irse a las montañas ya que, según sus propias palabras, «Necesitaba cambiar mi vida: Iba a perder dinero pero ganar en felicidad». Se instala en los Pirineos sin electricidad, ni agua corriente para dedicarse a la crianza de cabras y caballos. Hoy, está instalada en una cabaña un poco más accesible y vive de la escritura. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.
