Walter Salles ha vuelto a demostrar por qué es uno de los directores más sensibles y profundos del cine contemporáneo con “Aún sigo aquí”, una obra que logra transformar una tragedia histórica en un relato profundamente humano.

Aún sigo aquí”, ambientada durante la dictadura militar brasileña de los años 70, se centra en la desaparición del congresista Rubens Paiva (Selton Mello) y el impacto devastador que este evento tiene en su familia, especialmente en su esposa Eunice Paiva, interpretada magistralmente por Fernanda Torres.

Lo que distingue a Aún sigo aquí” de otros dramas históricos es su capacidad para encontrar la eternidad en los momentos fugaces. Walter Salles no busca recrear la dictadura en toda su brutalidad; en cambio, utiliza el conflicto político como telón de fondo para explorar los lazos familiares y la resistencia emocional de sus protagonistas. Aún sigo aquí” evita las escenas explícitas de tortura y opta por centrarse en las consecuencias íntimas y cotidianas del autoritarismo. Es una decisión valiente que enriquece el relato, haciéndolo más accesible y universal.

Fernanda Torres es el corazón y el alma de Aún sigo aquí”. Su actuación es una obra de arte de la sutileza: cada mirada, cada gesto, están cargados de una emoción que trasciende las palabras. Su retrato de Eunice, una madre y esposa que debe reinventarse tras la desaparición de su marido, es desgarrador y esperanzador a partes iguales. Fernanda Torres logra transmitir tanto el dolor como la determinación de su personaje, convirtiéndola en un símbolo de resistencia frente a la adversidad.

La narrativa de Aún sigo aquí” también merece aplauso. Basada en el libro autobiográfico de Marcelo Paiva, hijo de Rubens, Aún sigo aquí” se adentra en las memorias familiares para ofrecer una perspectiva única sobre la dictadura. La historia sigue a Eunice mientras busca justicia y lucha por mantener unida a su familia. Aún sigo aquí” se desplaza entre diferentes épocas, mostrando cómo el trauma inicial afecta a los Paiva durante décadas. Aunque estos saltos temporales son efectivos en su mayoría, el último segmento resulta algo innecesario, extendiendo el relato más de lo debido.

A nivel técnico, Aún sigo aquí” también brilla. La cinematografía captura con delicadeza tanto los paisajes de o de Janeiro como los espacios íntimos de la casa de los Paiva, subrayando el contraste entre la belleza exterior y el caos interior. La banda sonora acompaña sutilmente las emociones sin manipular al espectador, reforzando el tono melancólico y esperanzador del film.

En su esencia, Aún sigo aquí” es un tributo al poder del amor, la memoria y la resiliencia. No es solo un relato sobre una familia enfrentando la pérdida, sino también una meditación sobre la capacidad humana de resistir frente a la opresión. Walter Salles convierte una historia particular en una experiencia universal, recordándonos que, incluso en los momentos más oscuros, la humanidad encuentra maneras de prevalecer.

Aunque su último acto pierde algo de fuerza, Aún sigo aquí” es una película profundamente conmovedora y reveladora. Walter Salles y FernadaTorres han creado una obra que no solo narra una historia de injusticia y pérdida, sino que también celebra la valentía de aquellos que eligen recordar y luchar. Es una experiencia cinematográfica que perdura mucho después de los créditos finales. Muy buena. PdC.

Crítica de Antelmo Villa.

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