A veces, llega un libro que te sacude sin previo aviso. “Toda la vida por venir”, de la italiana Roberta Recchia, es justo eso: una bofetada emocional disfrazada de novela familiar. La historia no escatima en drama, pero tampoco en calidez, y nos sumerge en el colapso de una familia tras una tragedia imposible de reparar.
Marisa y Stelvio Ansaldo tienen lo que parece un amor de película en blanco y negro. Roma, años cincuenta, miradas furtivas en la tienda del señor Ettore, el suegro. Todo idílico hasta que, años después, su hija Betta, una adolescente vibrante y llena de vida, es asesinada en una playa del Lacio. Y ahí, el derrumbe. El amor y la complicidad se evaporan, dejando solo una grieta insalvable en el matrimonio.
Pero la tragedia no es lineal ni simple. En esa misma playa estaba Miriam, la prima tímida, callada, y también víctima de una violencia que nadie quiere ver ni escuchar. La investigación se enreda en prejuicios y silencios cómplices, dejando a Miriam atrapada en un trauma que la empuja a la autodestrucción. Su única tabla de salvación: Leo, un joven de los márgenes de la sociedad que, con su amor, abre una rendija de luz en la oscuridad.
Roberta Recchia no escribe una novela ligera ni complaciente. Nos lleva de la mano por un viaje de duelo, culpa y redención, mostrándonos cómo el dolor puede devastar una familia, pero también cómo el amor –en todas sus formas– es capaz de reconstruir lo que parecía irrecuperable. “Toda la vida por venir” te abraza con un estilo narrativo casi poético, Roberta Recchia retrata la Italia de los 60 y 80 con una precisión que envuelve y atrapa. No es solo la historia de un crimen, sino la de una sociedad que juzga antes de entender, que etiqueta antes de escuchar.
Los personajes están construidos con una autenticidad brutal. Stelvio es de esos hombres que muchas mujeres querrían en su vida: noble, íntegro, con un corazón inmenso. Miriam es el retrato de tantas víctimas que llevan su dolor en silencio, y Leo, el inesperado héroe que no pretende serlo. No faltan secundarios memorables como Corallina, que aportan matices y humanidad a una historia ya de por sí intensa.
“Toda la vida por venir” es una novela que habla de pérdidas, pero también de segundas oportunidades. De cómo cada persona enfrenta el duelo de manera distinta y de la importancia de respetar esos procesos. Con una narrativa envolvente y una trama dura pero esperanzadora, Roberta Recchia nos recuerda que, incluso en la peor de las tormentas, siempre hay una posibilidad de reconstrucción.
“Toda la vida por venir” no se olvida fácilmente. Lo terminas con el corazón apretado, con la certeza de haber leído algo que te acompañará mucho más allá de la última página.
Roberta Rossella Recchia (Roma 1972) se licenció en Lenguas y Literaturas europeas y americanas. Vivió un tiempo en Lille, Francia, donde obtuvo un máster en Relaciones Interculturales y Cooperación Internacional. Trabajó durante diez años en una gran empresa y luego dejó ese trabajo de oficina para dedicarse a la docencia. En la actualidad enseña inglés en una escuela de secundaria en Roma. Le apasionan el cine y la literatura, especialmente la rusa y la francesa. Vive con Claudio, su perro chihuahua, en una pequeña localidad de la costa del Lacio. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.