¿Ya se dieron cuenta?, la ciudad se ha pintado de lila, violeta, morado, como lo quieran ver, pero lo cierto es que para donde mires mínimo hay una Jacaranda; un árbol que tiene sus orígenes en Sudamérica: Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y del que se cree fue introducido en México por un joven japonés a finales del siglo XIX.
A saber cómo fue que llegó a nuestro país este colorido árbol subtropical de la familia Bignoniaceae, pero lo que sí estamos seguros es que cada marzo y abril, tiempo de su floración, nos pinta la ciudad. El paisaje se torna violeta, un color que tenemos para mucho rato pues dicen los expertos que la Jacaranda es longeva, puede vivir aproximadamente 100 años, qué tal.
Ver el color de las flores de este árbol que llega a alcanzar una altura de hasta 20 metros, sí que inspira, como ocurrió con el bolero “Jacaranda” de la autoría del poeta Mario Molina Montes.
Una de las estrofas dice: “Te quiero por bonita y por tu cara extraña. Te quiero por tus ojos de jacaranda en flor…”, que según cuentan fue inspirada por los hermosos ojos color lila de Elizabeth Taylor.
Sin duda la Jacaranda es un árbol hermoso que por el color de sus flores cada año por los meses de marzo y abril nos pinta de violeta el paisaje de la ciudad, bueno, hasta nos tapiza el suelo y los jardines con una alfombra morada.
Pero no sólo eso, los que saben dicen que la Jacaranda tiene propiedades medicinales: que ayuda a expulsar toxinas, que estimula el sistema inmunológico, que es un antídoto para enfermedades venéreas como la sífilis, que también desintoxica la sangre por sus propiedades diuréticas, que cura inflamaciones y heridas de la piel como varicela y llagas, y que hasta calma dolores de huesos.
¡Ahhh!, pero eso sí, ¡alertas! no por ser natural es innocua. La dosificación de la Jacaranda, ya sea tomada o untada, debe estar indicada por un experto ya que una mala dosificación o un mal uso puede traer consecuencias graves. Así que mejor quedémonos con la vista que nos regala este hermoso árbol fuente de inspiración y de momentos gratos. PdC/AVA.