CDMX, Octubre.- Por estas fechas, cuando las hojas comenzaban a caer y tapizar las calles o los patios de las casas, un señor amable con un enorme portafolio tocaba a la puerta. Alrededor de la mesa, con atención y algarabía veíamos su gran muestrario de tarjetas navideñas.
Como niños, nos emocionábamos ver las postales de papel con las típicas escenas del nacimiento de Jesús o de bosques y poblados bañados de la fría y blanca nieve.
Hace muchos, pero muchos años, se acostumbraba desear felicidad y parabienes de Navidad y Año Nuevo con una tarjeta navideña. Una tradición de la época decembrina que el tiempo se llevó… y cambio por mensajes vía correo electrónico o Whatsapp.
Y es que en esos tiempos, ya sea mandar o recibir una postal navideña causaba mucha alegría. Cuando empezaba diciembre y el “cartero” entregaba la correspondencia y entre ella las tarjetas, provocaba una gran emoción abrir el sobre, sacarla, leerla y ponerla en el árbol de Navidad o Nacimiento.
Entre decenas de imágenes y mensajes previamente impresos, podíamos escoger el que más interpretaba o se apegaba a nuestros deseos; o si se era muy “ducho” para expresarlos poéticamente, el vendedor de tarjetas navideñas tomaba nota y lo anexaba a la solicitud de pedido.
Cuando el señor entregaba las tarjetas ya impresas, podíamos observar la satisfacción reflejada en el rostro de nuestros padres, de ver plasmados los apellidos de la familia en el paquete de 10 o 20 postales; la cantidad dependía del número de amigos, jefes o familia a quienes se les iba a enviar por correo.
“Que el amor caiga sobre su hogar y colme sus copas de salud y felicidad, les desea la familia…”
Feliz Navidad y próspero Año Nuevo
Desear felicidad, amor, salud en Navidad o Año Nuevo era una bonita tradición que se hacía desde el siglo XVIII. Según el portal abelenmadrid.com, el inglés Sir Henry Cole (1808-1882) fue el creador de la imagen de la primera tarjeta navideña del mundo.
Por la gran cantidad de relaciones sociales que cuidar y atender, que incluía la tarea de escribir a mano las felicitaciones de Navidad, Sir Henry encargó a su amigo pintor e ilustrador, John Callcott Horsley el deseo de la primera tarjeta.
Fue hasta 1843 cuando se pensó en imprimir por primera vez una postal específicamente para Navidad.
La tradición de enviar por correo las tarjetas navideñas de papel permaneció por mucho tiempo, después, el costo alto que implicaba mandar a imprimirlas provocó que la linda costumbre se fuera perdiendo en el tiempo. Años más tarde, el surgimiento del correo electrónico, del Whatsapp y de las aplicaciones, vinieron a desbancar a las clásicas postales decembrinas.
Ahora, si se quiere enviar parabienes de Navidad o Año Nuevo, solo basta con bajar de la red al celular, infinidad de imágenes, la que más nos agrade, y enviarlas por mail, o por el “whats”.
Los adelantos tecnológicos en este rubro están a la orden del día, pues hay aplicaciones que ofrecen tarjetas navideñas con movimiento, musicales, en 3D…en fin, la variedad es enorme.
Los deseos de feliz Navidad o Año Nuevo mediante una tarjeta de papel, es una tradición que el tiempo se llevó. PdC.