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Árbol de Navidad, tradición celta que traspasó el tiempo

CDMX, Diciembre.- Cada año, en esta época decembrina, en todo el mundo las familias se juntan y salen a comprar un arbolito para la Navidad y adornarlo; a lo largo del tiempo se ha vuelto un ritual navideño el ponerlo en nuestras casas como parte importante de la ornamentación navideña.

Antes de que llegará el árbol a nuestra casa; la historia remonta su aparición hacia los 1500, los germanos comenzaron a adornar árboles en invierno con la idea de rendirles tributo para que al llegar la primavera volviera a florecer.

El historiador, Ahmed Valtier, en su artículo ¿Cómo llegó el arbolito de Navidad a México? en la revista de Relatos e Historias en México, nos cuenta que antes de que el cristianismo se extendiera por el mundo occidental, el árbol era un importante símbolo dentro de las culturas paganas. Muchos pueblos de Europa se adhirieron a la creencia de que los árboles volverían a florecer en la primavera solo si se les pagaba tributo en el invierno.

Fue en Alemania donde comenzaron a adornar y poner el afamado “árbol de Navidad” a principios del siglo XVIII, pese a que anteriormente ya se adornaba con frutas y velas durante esta época.

Usualmente le ponían adornos de color blanco y rojo, y el tema de las velas era importante, porque también hubo muchos incendios con los árboles debido a esta práctica, pero con los años fue evolucionando y la iglesia cristiana lo aceptó, dándole el nombre del “Árbol de Cristo”.

La propagación del Árbol de Navidad fue tanta que llegó a México en el siglo XIX, en tiempos de la aristocracia austriaca de Maximiliano y Carlota; por lo llamativo el adorno fue adoptado por las clases altas para demostrar la opulencia, sin embargo, después de la caída del segundo Imperio y la llegada del gobierno de Juárez, se retiró por algún tiempo este ritual, pero algunas familias siguieron con dicha tradición y, con el tiempo se quedo.

La Navidad y el árbol, es una tradición a lo largo del mundo, y su historia viene desde tiempos inmemorables; su adaptación e incorporación a los cambios que ha sufrido con la historia nos permite seguir con una tradición que proviene de los celtas, y que a muchas familias las hace unirse cada año para celebrar el nacimiento de Jesús. LG/PdC.

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