Ciencia y Tecnología

El ajolote, de Xochimilco a Tepotzotlán

CDMX, Diciembre.- Debido a que las aguas de Xochimilco, hogar del ajolote, resulta perjudicial para su desarrollo y es difícil reproducirlo en laboratorio, investigadores de la UNAM vieron la necesidad de trasladar a algunos organismos adultos a otros sitios donde el clima es más frío.

El investigador del Laboratorio de Microbiología Ambiental de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, Diego Chaparro Herrera comenta que el traslado de organismos adultos del Ambystoma mexicanum, el ajolote, a Tepotzotlán en la comunidad de Cañada de Cisneros, en el centro Axolo-Tlali, fue para ubicarlos en un clima más frío y mejorar la calidad del agua.

Aunque el ajolote está alejado de su hábitat natural, Xochimilco, han observado que en Tepotzotlán el organismo mantiene una flora bacteriana constante.

Lo que no sucedía en su región natal, pues esa microbiota los mata, ya que el incremento de la temperatura en su hábitat natural provoca en ellos crecimiento exponencial de bacterias.

El experto explica que el ajolote controlaba el desmedido crecimiento del fitoplancton en Xochimilco, pero hoy se enfrenta a la destrucción total de la red trófica debido al exceso de especies invasoras como la tilapia y la carpa, además de la contaminación del agua de sus canales.

Lo que casi acabó totalmente con las poblaciones del anfibio al momento de competir por el alimento y por el nicho; lo cual vieron reflejado en la gran cantidad de color verde que se tiene en ese sistema acuático.

Comenta que no hay quien regule esa contaminación, por lo que hemos llegado a este efecto que se denomina eutrofización del sistema acuático, que acaba totalmente con su estética y la calidad del agua.

Pese a que el ajolote de Xochimilco (Ambystoma mexicanum) se encuentra limitado de manera local, no se puede hablar de que esta especie esté por desaparecer, porque aún existe material genético y organismos en laboratorios que se utilizan para realizar investigación y reintroducirlo en esa zona, afirma el académico.

Diego Chaparro participa en el proyecto de investigación “Gestión e identificación de problemas clave en sitios seleccionados para la reintroducción sostenible del ajolote 2019-2022”.

El proyecto tiene como objetivo restaurar el ecosistema en el cual se desenvuelve y las interacciones que tiene con otros organismos, por ejemplo con el zooplancton, fitoplancton y las macrófitas, a fin de modificar la calidad de los sistemas acuáticos.

Como parte de la investigación, financiada por Earthwatch Institute, EY (organizaciones ambientales estadounidenses) y REDES (Restauración Ecológica y Desarrollo) también se brinda asesoría a los chinamperos mediante talleres para cultivar sus hortalizas y plantas ornamentales, a partir de un enfoque más orgánico. PdC.

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