En nuestras aventuras de fin de año, decidimos visitar Chichén-Itzá que está a más o menos tres horas y media de Playa del Carmen.
Nuestro viaje por carretera estuvo tranquilo, es una carretera recta por lo que en algunos momentos era un poco aburrido, lo que nos salvo fue nuestra selección de música que nos hacía cantar por momentos y alguno que otro pasajero prefirió dormir.
Una vez que llegamos nos enteramos que la entrada era gratuita para los nacionales porque era domingo, normalmente el costo es de $533.00 para extranjeros y de $237.00 para los visitantes del interior de la República.
El aforo en ese momento fue de tres mil personas, con un horario de visita de 8:00 a 17:00 horas; aun cuando cuenta con estacionamiento, en épocas vacacionales se satura por lo que tienes que dejar el auto en la carretera, o sea que si decides visitar la zona ve con zapatos cómodos, sombrero y bloqueador para evitar quemaduras solares, ah! y agua por aquello de la deshidratación.
Una vez cruzada la entrada, el encuentro fue maravilloso; ver ahí a la pirámide frente a mí, majestuosa e imponente fue una emoción que llenó todas mis expectativas.
Quedé tan maravillada que a lo lejos apenas si escuchaba la voz del guía que nos daba una explicación sobre el sitio arqueológico de Chichén Itzá, nombre que significa “la ciudad al borde del pozo de los Itzáes”, que la sitúan en más de 1,500 años y que fue fundada por los mayas, pueblo nativo de la península de Yucatán.
Como les repito, lo que más impresiona al llegar es la pirámide de Kukulkán, la cual no puedes subir ya que está protegida para salvaguardarla para las generaciones posteriores. Mencionaron que Chichén Itzá en su apogeo era la ciudad más poblada de toda la península y actualmente es considerada como una de las “Nuevas Siete Maravillas del Mundo”.
También nos mencionaron que en la pirámide de Kukulkán, cada 21 de marzo y 22 de septiembre durante el día da la impresión que una serpiente repta desde la cima hasta la base donde se encuentra la cabeza de una serpiente emplumada, y que durante esas fechas es muy visitada para ver el fenómeno.
En Chichén Itzá se encuentran también otras construcciones como la Gran Cancha de Pelota, el Templo de los Guerrero, la Pirámide de Osario, el Templo de Xtoloc entre otros.
Dentro de este complejo también podrán encontrar el cenote Xtoloc que proviene de la palabra maya “iguana”.
Fue una visita muy interesante y divertida, aunque la gran cantidad de vendedores dentro del sitio arqueológico le resta relevancia al lugar, pero bueno, en mi muy particular opinión.
Si tienen planeado venir por esto lares no dejen de visitar la zona arqueológica, no se arrepentirán de ver y conocer nuestra cultura que en verdad es muy amplia, fastuosa y enigmática. CM/PdC.