La lepra es una enfermedad que no aparece en el radar, de la que no se habla mucho, pero desafortunadamente existe, y pese a los avances de la ciencia médica continúa siendo un problema de salud pública en países como la India, Brasil e Indonesia, aunque México no escapa a este padecimiento infeccioso causado por una bacteria.
A raíz que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991 programó la eliminación de la lepra para el 2000, meta que no se cumplió, el último domingo del mes de enero se conmemora el Día Mundial contra la Lepra.
El objetivo de la efeméride es recordar que aún no se ha erradicado este mal y por lo tanto existen en el mundo miles de personas que la padecen, pero algo más importante, hacer conciencia del sufrimiento de los pacientes para reducir el estigma que pesa sobre ellos.
Para quienes desconocen sobre este padecimiento, les platicamos que la lepra es una enfermedad infecciosa causada por Mycobacterium leprae, bacteria que afecta la piel, los nervios periféricos, las mucosas de las vías respiratorias y los ojos.
Aunque es poco común y evoluciona de manera lenta pues su incubación es de cinco años y los síntomas pueden tardar hasta 20 en aparecer, si es un mal muy extendido con más de 200 mil casos nuevos por año en todo el mundo, de acuerdo a la OMS.
La afectación de ciertos nervios periféricos (neuritis) a menudo conduce a discapacidad y consecuencias psicosociales devastadoras.
Las reacciones ocurren con frecuencia y gravedad variables. En algunos entornos, hasta el 50 por ciento de los pacientes pueden verse afectados. Debido a que la lepra es una enfermedad de la pobreza, el acceso a la atención de expertos en los centros de referencia a menudo no es posible.
La lucha para prevenir la discapacidad por lepra se basa en tres prioridades, la primera es la detección temprana de casos, de modo que el tratamiento pueda comenzar lo antes posible después de que aparezcan los síntomas.
La segunda, reconocer y gestionar las reacciones leprosas y la neuritis de forma eficaz, de modo que se conserve la función nerviosa, y la tercera es la prevención primaria de la lepra.
Pueden afectar la piel, los nervios, los ojos o las extremidades. Si no se tratan o se manejan de manera inadecuada, las reacciones pueden provocar un deterioro severo de la función nerviosa y, posteriormente, discapacidades. Las reacciones constituyen la vía principal por la cual la lepra causa daño y discapacidad a los nervios.
Fue descubierta en 1873 por el médico noruego Gerhard A. Hansen, por lo que también se le conoce como enfermedad de Hansen.
En México 21 estados presentan incidencia, de los cuales cinco representan la mayor carga de enfermedad con 60 por ciento de la prevalencia nacional: Sinaloa, Michoacán, Nuevo León, Guerrero y Nayarit. PdC.
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