En el mundo hay un sin fin de lugares hermosos, pero también nuestro país tiene lo suyo; es tan espectacular que existe un “distintivo” para aquellos sitios que cumplen con todas las características para ser nombrados Pueblos Mágicos.
Magia, leyendas, historia, hechos trascendentes, son las cualidades que debe tener un Pueblo Mágico. Son 132 y todos ellos tienen su propia magia, sus tradiciones, sus costumbres, su rica gastronomía y sus propios rincones que atesoran riqueza histórica y cultural.
Pero ¿tú sabes cuál fue el primer sitio de la República Mexicana que fue nombrado como Pueblo Mágico?
¿No lo sabes? pues te platico que ese poblado tiene paisajes naturales, hermosas vistas, calles empedradas, haciendas coloniales, paseos románticos y muchos lugares más que te darán ganas de visitarlo.
Se ubica muy cerca de la Ciudad de México, en el estado de Hidalgo y se llama Huasca de Ocampo. Pueblo pintoresco con ex haciendas, bosques de oyamel, presas, formaciones rocosas y una joya natural que son los Prismas Basálticos.
Por su magnífico paisaje boscoso este Pueblo Mágico, nombrado así en octubre del 2001, tiene fama, además de sus bellezas naturales, por sus historias de duendes, tan es así que tiene un museo dedicado a estos pequeñines.
Dentro del hotel Barranca Honda se encuentra este museo que si lo visitas debes estar atento a que los duendecillos traviesos no jueguen con tu pelo y si lo tienes largo no lo trencen.
Varios ejemplos asociados a este fenómeno sobrenatural se exhiben en el museo, diseñado dentro de una cabaña rústica decorada con cientos de figurillas de duendes. Por la noche, el hotel ofrece una caminata hacia un árbol habitado por los “espíritus” de la naturaleza, para pedirles un deseo.
Dicen que los mejores meses para visitar Huasca es entre febrero y mayo.
Alístate ya estamos en febrero y puedes ir a las ex haciendas de Santa María Regla, de San Miguel Regla y de San Juan Hueyapan; a la Presa de San Antonio, Iglesia de San Juan Bautista, Prismas Basálticos, Bosque de las Truchas, Peña del Aire, El Huariche, Desarrollo Ecoturístico Barranca de Aguacatitla, Centro Ecoturístico El Arquito.
¿Qué tal, te animas? Huasca se antoja para un fin de semana en pleno contacto con la naturaleza, empezando por los Prismas Basálticos, caprichosas formaciones que se pueden apreciar desde una tirolesa o a pie y ver cómo son bañados por pequeñas cascadas.
En el Bosque de las Truchas hay un criadero inmenso de este pez arco iris, que se prepara de mil maneras. Mientras se espera que el platillo típico esté listo, hay lanchas para navegar en un lago o mientras rentas cuatrimotos para perderse en el bosque o si vas en días de calor puedes visitar el balneario o cabañas rústicas por si cae la noche.
Para descubrir el pasado minero de Huasca de Ocampo, se puede dormir, comer o simplemente dar un recorrido guiado por las ex haciendas que ya te mencionamos.
También hay paseos en lancha por la presa San Antonio Regla, a 15 metros de profundidad se verá el casco de la hacienda de San Antonio. Sin embargo, parte de una chimenea y torre sobresalen del agua, dándole un aspecto fantasmagórico al recorrido.
No puede faltar la visita a Peña del Aire, una formación rocosa que simula el rostro de un guerrero prehispánico. Ver el amanecer es una de las actividades favoritas, al igual que deslizarse en tirolesa o practicar cañonismo (con saltos en cascadas) por la Barranca de Aguatitla.
¿Qué te parece Huasca de Ocampo, el primer Pueblo Mágico? PdC.