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Ludopatía, problema psicológico que afecta el entorno

El juego es una actividad que proporciona distracción, alegría, relajación, pero cuando ese estado de ánimo va cambiando por mal humor, poca tolerancia, ansiedad, insomnio o preocupación intensa, derivado de la incapacidad del autocontrol para aplazar el impulso o deseo de jugar, entonces se convierte en un juego patológico o ludopatía.

Los especialistas dicen que la ludopatía no es un vicio, tampoco de personas débiles o de aquellas que les gusta perder el tiempo, no, el juego patológico es un problema psicológico que afecta diversos aspectos de la vida personal, familiar, laboral, social y económica.

Dadas las consecuencias graves cuando el juego como diversión se sale de control y se convierte en una adicción, se creó el Día Internacional del Juego Responsable, hoy 17 de febrero, una fecha para hacer conciencia a la población mundial sobre los efectos negativos de las adicciones a los juegos de azar y en línea.

La efeméride se comenzó a conmemorar en el 2008 por la Asociación Europea de Apuestas y Juegos de Azar (European Gaming and Betting Asocciation-EGBA) y obedece a una convención de la UNESCO para fomentar la prevención de las patología asociadas a los juegos de azar o en línea que afecta a la población, y a últimas fechas a personas de edades tempranas.

Según la Asociación Americana de Psiquiatría, el juego patológico se caracteriza por:

*Preocupación por el juego, es decir la persona se concentra en cómo conseguir dinero para ir a jugar.

*La necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de satisfacción deseado.

*Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.

*Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.

*El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar algunos sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión, etc.

Las personas con esta adicción, cuando pierde, vuelve a jugar al día siguiente con la ilusión de recuperar lo perdido; engaña a la familia, terapeutas, amigos para ocultar el grado de apego al juego; llegan a cometer actos ilegales con tal de tener dinero para apostar. PdC.

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