¿Sabes qué es la nube?, no esa nube no, no nos referimos a la que vemos en el cielo formada por la acumulación de partículas diminutas ya sea solo de agua o de agua y hielo; hablamos de aquella que casi todos usamos (pero que no sabemos exactamente qué es o como funciona) sobre todo para subir fotografías cuando nuestros dispositivos no pueden almacenar o enviar tanta carga…
Bueno pues en explicación simple, la nube es una herramienta digital; una enorme red de servidores remotos del mundo, conectados para funcionar como único ecosistema y diseñados para almacenar y administrar datos, ejecutar aplicaciones o entregar contenido o servicios (de video, audio, correo web, etcétera).
En lugar de acceder a archivos y datos mediante un equipo personal o local, se accede en línea desde cualquier dispositivo conectado a internet; es decir, la información está disponible de manera permanente, sin importar el lugar donde nos encontremos.
Imaginamos que es como una bodega en donde guardamos nuestros paquetes de información de toda índole, y bueno, como toda bodega necesita estar ordenada y sobre todo segura para evitar que alguien llegue y sin tocar entre y tome lo que no le corresponde, es que expertos alertan sobre la necesidad de su protección.
Es tanta la información que sube a diario que se requiere garantizar la protección de todo lo que contiene la nube o como dice la secretaria académica del Instituto de Investigaciones (IIJ) de la UNAM, María Marván Laborde, es necesario replantear responsabilidades jurídicas de países, gobiernos e instituciones.
Porque la protección de datos personales, derecho a la información y a la salud, forman parte del empleo de esta herramienta digital y su regulación representa uno de los retos más interesantes pues convergen el Derecho y las tecnologías de la información.
¿Cómo ven?, eso de tener ahí la nube así nomás no es cosa sencilla, no es tan simple como subir o bajar nuestros archivos, va más allá, es cuestión de protección y regulación. PdC.