Si ya de por sí es un gran dilema el tabaquismo, ahora se le suma el uso de los cigarros electrónicos y vapeadores, convirtiéndose en un reto de salud pública. Y sí que es un problema grave: la edad de primer contacto de los niños con el tabaco es a los 10 años, con estos productos es a los 12 años de edad.
La académica de la Facultad de Psicología, Ana Beatriz Moreno Coutiño, comenta que es alarmante que a esa edad comiencen con el consumo de esos aparatos que además de la nicotina, contienen otras sustancias como cannabinoides.
Y más grave es que sean de fácil acceso, ya que se pueden conseguir en puestos callejeros, máquinas expendedoras situadas en centros comerciales y hasta son enviados a domicilio pese a que son ilegales en nuestro país.
Explica que el “vapor” que sale de un cigarro electrónico en realidad es un aerosol que contiene sustancias como el propilenglicol y glicerina vegetal, que aumentan la irritación de las vías respiratorias.
Además, formaldehído, una sustancia causante de cáncer que puede formarse si el llamado e-líquido se sobrecalienta.
Son químicos que emulan la actividad de cannabinoides, y quienes las consumen están probando químicos que “se parecen a”, son “conejillos de indias de productos baratísimos que vienen principalmente de China.
La inhalación de un excipiente frecuentemente encontrado en dispositivos de vapeo, denominado acetato de vitamina E, constituye un riesgo alto para la salud relacionado con enfermedades respiratorias agudas e incluso la muerte.
Moreno Coutiño mencionó que la desregulación emocional es el principal factor asociado al “enganche en el consumo”, o sea, quienes viven ansiedad, depresión y estrés, o carecen de actividades placenteras y estimulantes o de retos personales, y quienes tienen una ausencia de figuras de apoyo emocional.
Por lo que una manera de prevenir el problema es realizar deporte, actividades artísticas, intelectuales o pasatiempos; contar con tutores presentes, que brinden acompañamiento y vigilancia.
Ante esta situación, recuerda que la Cofepris emitió hace unos días una alerta máxima de salud en nuestro país, con la intención de que el problema sea más visible y la gente se informe más acerca de esos productos. PdC.