¿Comprarías una manzana pequeña, un pepino torcido, un chile amorfo, un limón deforme, una papa chueca? Te lo preguntamos porque el 54 por ciento de las frutas y verduras se desperdician en América Latina por su aspecto, así como lo lees, sólo por no cumplir con “el estándar de belleza”.
Los lunes toca hacer mercadito para la casa, porque aquí diario se comen frutas y verduras, entonces haciendo la lista me dirijo al mercado sobre ruedas; que si las frutas, las legumbres, hortalizas, raíces, tubérculos, siempre buscando las más bonitas, de tamaño correcto, de colores brillantes, de textura comible…
“Pásele marchanta, ¿qué le vendemos?, páseme su lista. ¿No quiere llevarse unos morrones están más baratos porque salieron un poco feos?” ¿Feos?, me quedé pensando. Entonces pregunté, ¿si están feos es más barato como por qué? Y me contesta José (el chico que me atiende cada quince días) es que la gente no se los quiere llevar por su aspecto. El kilo normal está en 40, pero ese está en 20 (señalándome cinco chiles) ¡Ah! bueno, pues dame esos.
En la semana los cociné y tienen el mismo sabor que los morrones “bonitos”, hice un rico alambre de pollo de chuparse los dedos, sin embargo mi curiosidad fue mayor y pensé estas verduras merecen una oportunidad de venir a casa con nosotros por qué hacerles el “fuchi” por su aspecto.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia. Esto equivale a cerca de mil 300 millones de toneladas de alimentos, lo que incluye el 30 por ciento de los cereales, entre el 40 y el 50 por ciento de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas, el 20 por ciento de la carne y productos lácteos y el 35 por ciento de los pescados.
La FAO calcula que dichos alimentos serían suficientes para alimentar a dos mil millones de personas.
En verdad son datos para reflexionar porque nuestras acciones y maneras de consumir, ante las expectativas podría ayudar a dar alimento a millones de personas.
Con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en 2020 se ayudó a 97 millones de personas en 88 países que son víctimas de la escasez aguda de alimentos, por lo cual este programa se hizo acreedor al Premio Nobel de la Paz.
La misión de la organización humanitaria es salvar vidas, otorgar medios de subsistencia y mejorar la nutrición, seguridad alimentaria y autosuficiencia de las personas más pobres y más vulnerables del mundo.
Ahora sí que me voy a leer como mi abuelita que decía: “lo que no te comes tú ya lo quisieran los niños que viven en la calle” y cuánta razón tenía, estoy segura que las personas que no tienen que comer agradecerían un alimento pese a no cumplir con estándares de belleza.
No importa si es grande o pequeño, con manchas que no sean gratas a nuestra vista, con irregularidades o protuberancias, el sabor es el mismo y los nutrientes y vitaminas por igual, así que no les pongas cara a los alimentos que no se vean “bonitos” y mejor dales la oportunidad de llegar a casa.
¿Comprarías de estos productos? VTL/PdC.
Foto de Lauren Heaton. Pexels.