¡Sííí!, ¿qué es un chilango sin su “guajolota”? Como decíamos anteriormente, cada rincón de nuestro adorado país tiene su propio platillo o antojito que lo distingue, y la Ciudad de México tiene el suyo, su “fast food” de la mañana. Su rica, sabrosa y “llenadora” “guajolota” acompañada de su delicioso atole o champurrado…
Aunque no sabemos realmente sus orígenes, porque unos dicen que es nativa de Tulancingo, Hidalgo, y otros que de Puebla, pero ya sea de aquí o de allá o de acullá y más allá, pero es muy característico en la Ciudad de México ver todas las mañanas a las entradas o salidas de las estaciones del Metro o en cada esquina cercana a donde está un edificio de oficinas, el ya tradicional puesto de tamales con la bolsa de bolillos o teleras y los botes de atole.
Una “guajolota” (como dijeran unos: “ya salive” o como dijera yo, “ya se me hizo agua la boca”) que de seguro muchos de ustedes ya la conocen, pero para los que no, una guajolota no es otra cosa que una torta de tamal, sí como lo leen, una torta de tamal (masa de maíz envuelta en hoja de maíz o de plátano, cocida al vapor).
Un pan blanco que puede ser bolillo o telera, dependiendo del apetito del comensal, relleno de un tamal de salsa verde, oaxaqueño o de mole o de rajas.
Y para que no se nos atore el bocado, puede ir acompañado de un vaso de atole de chocolate, de fresa, nuez o de arroz con leche o para quienes necesitan mayor resistencia, de un champurrado, un tipo de atole hecho a base de masa de maíz con arto chocolate y endulzado con piloncillo.
¿Que por qué le pusieron así?, pues quién sabe, pero de que es nuestro fast food de la mañana no cabe duda; es un desayuno en movimiento. Ya preparada nuestra torta de tamal envuelta en el ya tradicional papel de estraza blanco o de color café, nos la podemos ir comiendo por la calle para que cuando lleguemos a la oficina ya estemos bien “desayunaditos” con la panza llena y ¡listos! para trabajar e iniciar el día con mucha enjundia.
Nuestra guajolota la podemos catalogar como una comida callejera que solo se consume de lunes a sábado por las mañanas; si tu buscas una torta de tamal pasadas las 10 de la mañana o se te antoja en un domingo, ¡lástima! porque no la vas a encontrar en ningún lugar. Justamente porque es un digamos, antojito que con el tiempo se ha convertido en el desayuno de los “chilangos”, se vende solamente en horarios de oficina.
¿Qué te parece nuestra torta de tamal mejor conocida como “guajolota”?, si no estás en régimen alimenticio estricto, te animamos a que la pruebes te va a encantar, pero si te resulta muy pesada puedes optar por el tamal solo sin pan ni atole. PdC.