Al llegar Maya a nuestras vidas, por supuesto que nos volvimos locos por la alegría, emoción y las cosas a las que nos enfrentaríamos para su cuidado y bienestar. Pero claro, la primera que se volvió loca fue mi hija, quería colgarle hasta el molcajete, en especial quería ponerle vestidos, a lo cual yo me opuse porque al final de todo es un animalito no una persona. Lo más que acepté fue suéteres o tipo playera siempre cuando fuera época de invierno.
Cuando llegó Wera, bueno ya estábamos más adaptados, pero por tratarse de una perrita de edad madura, y con problemas de su columna, que luego le diagnosticó el veterinario, a ella si procuramos ponerle suéter en lo que es el tiempo de frío, para evitarle dolores de lomito.
Y a qué viene todo mi “choro mariador”, bueno a que ahora la mayoría de nosotros tenemos una mascota y hay tantas cosas que podemos comprarles y ponerles, que me pregunto qué tan bueno es vestirlos.
Para resolver mi duda encontré en la página web La Tercera, información sobre si es bueno o malo ponerles ropa a los lomitos.
Y como diría Jack “El Destripador” vámonos por partes, ahí les va la información recabada.
La Federación Cinológica Internacional estima que existen cerca de 340 razas de perros en el mundo, a este número debemos incorporar el sinnúmero de peludos nacidos producto del mestizaje. Cada uno tiene sus características y distintas capacidades de resistir altas o bajas temperaturas.
Viviana Valenzuela, directora de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), comenta que los lomitos tienen cinco características notables para adaptarse a las diferentes condiciones climáticas: tipo de pelaje, color, tamaño, edad y condición corporal.
“Parece obvio, pero los perros de pelaje grueso y de doble capa, como los siberianos, akitas o boyeros, están mejor preparados para soportar climas más fríos que los perros de vello muy fino y corto, como galgos y perros desprovistos de pelo”.
Lomitos de pelaje más oscuro tendrán mejor capacidad para retener el calor en un día templado con algo de sol que uno más claro, al igual como ocurre con un perro de mayor tamaño y envergadura respecto a otro más pequeño.
En cuanto a la edad, “sucede lo mismo que en las personas, los cachorros y los más viejitos son aquellos que tienen más problemas con los climas fríos. Y a esto se suman los perros enfermos”.
Alejandra Santelices Herrera, veterinaria, etóloga y directora de la Fundación EMA (Educación Mediante Animales), explica que los lomitos cambian de pelaje dos veces al año, como una manera de prepararse para las temporadas que se avecinan.
“Para las temperaturas de frío, en invierno, cambian a un pelaje más tupido; y al comenzar el calor vuelven a un pelaje que les permita tolerar las temperaturas más altas de primavera y verano”.
El cambio de pelaje es más notorio en perros que suelen estar expuestos al exterior, no tanto así en los que viven dentro de casa. “Esto no quiere decir que la recomendación sea dejarlos fuera de casa”.
A pesar de la capacidad de los peludos de cambiar de pelaje según las estaciones, hay muchas personas que optan por cortarles el cabello al ras, sobre todo en verano.
Señalan que es un error, ya que “disminuye la capacidad de termorregulación del perro e incluso puede favorecer las quemaduras por el sol”, de acuerdo con lo que indica Diego Pincheira, médico veterinario de la comunidad virtual Mascotasonline.
Lo que se recomienda, es cuidar el pelaje, cepillándolo a diario y bañarlo periódicamente con productos apropiados.
Ahora bien, ¿los abrigamos o no?
Como se ha mencionado hay ciertas razas de lomitos y criollos que suelen tener un pelaje y una capa grasa que sirve de aislante térmico ante el frío.
Diego Pincheira señala que, en general, “todas las razas resisten bien hasta los 7°C, aproximadamente”. Cuando el frío baja de esta cifra comienza a variar el nivel de resistencia según las características y factores ya mencionados.
Si se pone más extrema y el termómetro marca -4°C o menos, el riesgo de helarse es igual para casi cualquier raza.
Un perro que vive en un ambiente permanentemente con calefacción puede perder la capacidad de tolerar las bajas temperaturas, especifica Alejandra Santelices. Esto no significa que lo mejor es que vivan en el exterior, porque allí también pueden sufrir las consecuencias de las bajas temperaturas, pero hay que estar atentos a esos bruscos cambios térmicos.
Como la información es mucha, creo que ya la voy a dejar por hoy y en otra entrega les contaré más de sí debemos o no ponerles ropita a los maravillosos lomitos.
Además, tengo que ver por qué Wera ya sacó una patita del suéter y está de “impúdica” como le diría mi hija. Creo que ese suéter le queda grande y por eso está viéndose “sepsi” al caminar. “Wereja” ven acá déjame ponerte bien el suéter. Bueno los dejo porque hay que arreglar este desperfecto.
“Un perro es una sonrisa y una cola que se mueve alegremente… lo demás ¡No importa!” – Anónimo.
Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.
Escrito por La Loca del Gato 🐈 y Otras…