El aumento de contagios de viruela símica en el mundo y el caso reciente de transmisión a un perro, encendió las luces de alerta por la posible propagación de esta enfermedad, ahora de los seres humanos a los animales.
Y es que las infecciones por la viruela del mono en todo el mundo, ya rebasan los 35 mil casos en 92 países, situación que comienza a preocupar por la posible propagación inversa, ya que existe una estrecha interacción entre personas y animales.
La posibilidad de que este mal supere la barrera de las especies y haga un salto a los animales domésticos y silvestres, supondría un riesgo para la salud de todos.
Esta es la razón por lo que la Organización Mundial de Sanidad Animal lanza un llamado de alerta para tomar las precauciones necesarias y reducir el riesgo de transmisión a los animales.
Y es que la ardilla africana, la ardilla de árbol, la rata de Gambia, los lirones y los primates no humanos, se han identificado como mamíferos silvestres susceptibles al virus de la viruela símica.
Pues el organismo de sanidad animal, refiere que algunas de estas especies presentan síntomas de la enfermedad, otras pueden no mostrar ningún signo externo o visible, lo cual dificulta aún más la identificación de los eventos de contagio.
Revela que recientemente, la viruela del mono se detectó en un perro muy probablemente como resultado de la transmisión de humano a animal tras un contacto directo y cercano con sus dueños que presentaban síntomas de la enfermedad.
Este fue el primer caso documentado de transmisión del virus de humano a animal.
Si el virus se transmite de los humanos infectados a los animales, se podrían establecer nuevos reservorios animales y el virus podría volverse endémico en nuevas zonas geográficas, lo que aumentaría también la incidencia de riesgos futuros en términos de salud pública.
La Organización Mundial de Sanidad Animal sigue de cerca esta situación, ya que el aumento de la prevalencia en los seres humanos puede incrementar el riesgo de transmisión a los animales y, de esta forma, alterar la epidemiología de la enfermedad.
Con vistas a medir las probabilidades de que ocurra la transmisión del virus de los humanos a los animales, se debe investigar a detalle dice la doctora Monique Eloit, directora general de la Organización Mundial de Sanidad Animal.
Ya que existe la posibilidad de un salto del hombre a los animales sobre todo en lugares donde hay una interacción estrecha con los animales, como los zoológicos, las instalaciones de rehabilitación de fauna silvestre, los caminos dedicados al senderismo o en los hogares cuando estamos acompañados por nuestras mascotas.
El virus de la viruela del mono penetra en el organismo a través de lesiones cutáneas (incluso las invisibles a simple vista), de las vías respiratorias o de las mucosas.
Por lo tanto, es imperativo tomar algunas precauciones muy sencillas, recomienda el organismo de sanidad.
Por ejemplo, se ha de verificar que todos los residuos, incluidos los médicos, se eliminen de forma segura y que sean inaccesibles para los roedores u otros animales carroñeros.
Si existe una sospecha o confirmación de infección por el virus de la viruela del mono, se deberá evitar todo contacto directo con animales, incluido el ganado, la fauna silvestre e incluso las mascotas.
Todos debemos ser prudentes: la viruela del mono ilustra una vez más la interconexión entre la salud humana y la sanidad animal.
Sólo a través de una sólida colaboración entre los expertos de distintos sectores como la salud pública, los veterinarios y las autoridades dedicadas a la sanidad de la fauna silvestre podremos luchar contra esta enfermedad y garantizar un futuro seguro para todos, insiste la Organización Mundial de Sanidad Animal. PdC.
Foto de cottonbro.