Miscelánea

“Flojear” sinónimo de crear, proyectar…

De seguro muchos de nosotros recordamos aquella máxima que reza: “la ociosidad es la madre de todos los vicios”, y al mismo tiempo evocamos los momentos cuando nuestros abuelos o padres nos regañaban o castigaban si nos veían “flojear”.

La mayoría ha de sentir nuevamente los dolorosos jalones de orejas. Pues como todo cambia; cambian los conceptos, la educación, la manera de ver la vida, ahora resulta que flojear es pensar, reflexionar y crear.

Ya imagino la cara de aquellos abuelos o padres férreos que nos educaron con disciplina militar y que no nos permitían ni un momento de esparcimiento.

Todo esto viene a colación por lo que opina al respecto el Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI), pues considera que es necesario volver al ocio y fundamental que los niños tengan más tiempo libre para convivir con sus padres para tener una sociedad más sana y mejor.

De la mano productividad y esparcimiento

“Para crear en todos los ámbitos se requiere del ocio y eso no sólo involucra al campo de las humanidades, sino a todo lo que se emprende; pensar para hacer“.

El citado centro de estudios, que difunde la salud mental y de la familia, promueve que los pequeños tengan más momentos de esparcimiento, porque “tienen derecho a disfrutar del ocio”.

Argumenta que los niños quieren platicar, leer, jugar, pensar, imaginar, convivir y amar, “en otras palabras, tener infancia”. Claro, sostiene el CEEPI, sin dejar de ser responsables y con límites.

Comenta que en la sociedad contemporánea, el ocio es calificado como improductivo y se le asocia a una conducta negativa.

Es una postura falsa, señala, pues la historia demuestra que una sociedad con mayor grado de esparcimiento, no sólo es más sana, sino que es mucho más productiva y sobre todo humana.

Echar a volar la imaginación

Desafortunadamente, “ahora la premisa es producir y se prohíbe flojear”. Lo peor, argumenta, es que a la niñez se le enseñe a no parar nunca: clases, cursos de todo y cuando llegan las vacaciones se le atiborra de actividades por necesidad y porque se cree que es lo mejor.

El centro, quien ofrece su punto de vista con base en los resultados de su clínica, sostiene que los pequeños necesitan de momentos para flojear, para echar a volar su imaginación. “Eso también es salud mental”, insiste.

La gente trabaja más que nunca. Los niños no se detienen, sin embargo, esta “hiperactividad social” no es equitativa con los buenos resultados escolares o laborales. “Todo es frenético y la tendencia es volverse adicto al trabajo, al estudio, a la actividad.

Señala que en el CEEPI se ha observado que muchos adultos son incapaces de disfrutar sus momentos de esparcimiento, conducta que es trasmitida a los niños, y es considerado como una patología.

“Los mexicanos somos una de la sociedades que más trabaja, pero si nos atenemos a los resultados, éstos distan de ser positivos”.

Recalca que con responsabilidad y límites los pequeños deben tener momentos de esparcimiento, pues “una sociedad con mayor ocio, es más feliz, creativa y, paradójicamente, productiva”.

Y tomando en cuenta lo que dicen los expertos, siempre será bueno tomar un merecido descanso para crear, proyectar, soñar, echar a volar nuestra imaginación para ser productivos. PdC.

 Foto de Pixabay.

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