Todos en algún momento nos hemos encontrado con una persona que es guiada por un perro y quizá en lugar de darle el paso se lo obstruimos; no hagamos esto, si nos encontramos de nuevo con ello, dejémosle libre el camino.
Recordemos que la persona no ve y que el perro la guía para evitar que sufra de algún accidente de gravedad. Como es el caso de Lucía Pérez Manrique quien al tener un accidente perdió la vista del ojo derecho y desde entonces se asiste de Kalinka, una perrita bóxer.
Lucía quien es especialista en comportamiento, manejo y bienestar animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, explica que los perros guía logran salvar vidas al brindar libertad, seguridad y autonomía a quienes asisten.
La académica es auxiliada por Kalinka, una bóxer de aproximadamente ocho años de edad que rescató de una azotea siendo cachorra y a quien se le dio entrenamiento especializado para poder apoyarla en su trayecto diario.
Lucía Pérez, la especialista platica que hace un año cayó de seis metros de altura al concreto lo que le ocasionó la ruptura de las fibras del nervio óptico perdiendo la visión del ojo derecho.
“A partir de muy malas experiencias que he tenido tratando de caminar alrededor de mi casa, para sostener mi autonomía, empecé a entrenar a la perrita, compré su arnés, y ahora me libra de obstáculos que ya no puedo ver de mi lado derecho”, relata la universitaria.
Lo anterior le ha permitido entender la falta de empatía de quienes miran convencionalmente. “Lo que percibo todos los días es que las personas te miran con la perra guía y no te dan el paso, por lo que hago un llamado a que lo hagan”.
La experta en etología clínica de esa entidad académica destaca que los cuadrúpedos requieren de entrenamiento especializado y de un estrecho vínculo con la persona que auxilian.
Los perros deben tener obediencia especial, incluso puede vislumbrase cierto criterio en ellos, no son como robots, y así lo demuestran en cada obstáculo que encuentran a su paso: “frente algún inmueble, puesto, bache, una banqueta levantada, detrás de todo eso, ellos te guían”, dice.
En marzo de 2018 la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de la Ley de los Derechos de las Personas Usuarias de Perros Guías y Animales de Servicio, en la cual se estipula que los lazarillos pueden ingresar a casi cualquier lugar o servicio público.
Las únicas restricciones son: zonas de manipulación de alimentos, quirófanos, cuidados intensivos, piscinas, zonas de restauración y algún otro de lugar con medidas higiénicas especiales.
Como el caso de Lucía, existen en nuestro país muchos más; si nos encontramos a alguien en igual situación apoyemos dejando libre el paso para que el perro guía la conduzca sana y salva a su destino. PdC.