Aunque la gran mayoría de las personas ya no lo usa porque lo considera inútil y estorboso, está comprobado que la medida más efectiva es ponerse el cubreboca, sobre todo en esta temporada de frío que es cuando aumentan las enfermedades respiratorias.
El contagio más común es a través de las gotitas de saliva que una persona expulsa al hablar, por ello la manera más eficaz para reducir el riesgo de transmisión es con su uso.
Pues a decir del doctor Jorge Luis Santiago Córdoba, especialista en medicina interna de la Universidad Del Valle de México, la medida más efectiva e indispensable es el uso de cubrebocas, “debería continuar como obligatorio”.
Ante el repunte de los contagios por COVID-19 e influenza, el especialista señala que si bien la época invernal es un factor de riesgo para contraer males respiratorios, el mayor peligro está en el exceso de confianza y relajación de medidas preventivas ante la pandemia.
Por esta razón hace un llamado a la población para mantener estas medidas, ya que nos encontramos en una temporada invernal sin precedentes pues se conjunta el riesgo de contagios de casos de COVID-19 y el aumento de la prevalencia de la influenza estacional.
El académico de UVM Campus Hermosillo recomienda tener el esquema de vacunación completo para COVID-19 e influenza. “Todas las vacunas han demostrado un nivel de eficacia superior al 80% y un margen de seguridad muy amplio”.
¿Por qué vacunarse?
Explica que el objetivo de una vacuna es desencadenar una respuesta inmunológica, es decir, éstas estimulan al organismo para que produzca anticuerpos, monta una respuesta y evita el proceso infeccioso.
Ahora bien, uno de los requisitos para administrar cualquiera de las dos vacunas es que el paciente no tenga síntomas de enfermedades respiratorias, ya que, al estar en un proceso infeccioso respiratorio, causa una alteración en la regulación de su sistema inmunológico, refiere el doctor Jorge Luis Santiago.
Sugiere también para protegernos de ambos virus, seguir manteniendo la sana distancia, evitar el saludo de mano y beso, estornudo de etiqueta (hacerlo en la parte interior del brazo), lavado de manos con la técnica clínica que requiere agua y jabón, y una duración de entre 30 y 50 segundos, o bien, usar alcohol gel de mínimo 70 grados.
Además, cuando una persona ya está enferma, es muy importante el descanso mínimo de ocho horas y no menor a seis horas, ya que el sistema inmunológico requiere un tiempo para la formación de las células fundamentales para la defensa inmunológica, por lo tanto, el descanso está directamente relacionado con este equilibrio.
El especialista exhorta a evitar la automedicación ya que inclusive puede empeorar el padecimiento. Reitera que es necesaria la asesoría del médico para suministrar el tratamiento adecuado para cada caso.
Refiere que se ha demostrado que en el tratamiento de infecciones respiratorias, el consumo de frutas cítricas, como toronja, naranja, limón, contribuyen a una buena recuperación, inclusive para prevención de procesos infecciosos de índole respiratoria.
“Cuidarnos y detener la propagación del contagio es responsabilidad de todos”, considera el experto. PdC.
Foto de Anna Shvets.