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Consecuencias de la moda rápida…

Si nos preguntaran qué es la moda rápida, nosotros responderíamos: “úsese y tírese” En el afán de seguir las tendencias de la moda actual, los armarios se renuevan en tiempos muy cortos. Se acabaron esos tiempos en que al año solo se tenían dos temporadas, la de primavera/verano y la de otoño/invierno.

Ahora, de acuerdo a lo publicado por Expok, las marcas de ropa solo tardan aproximadamente tres meses en lanzar una colección completa. Pero otras como Zara han reducido ese periodo a tres semanas, mientras que Shein lo hace por lapsos de tres a siete días.

¿Cuáles son las consecuencias de la producción rápida de la moda?

*Obviamente el surgimiento de más marcas, que al reducir los costos de producción y sacrificar calidad en las prendas, sus ganancias son millonarias.

*Con el nacimiento de esta industria rápida, el consumo de ropa aumentó un 400 por ciento en los últimos 20 años.

*Por consecuencia, se tiran 16 mil toneladas de prendas al año, un 816 por ciento más que en la década de 1970.

*Su producción implica el consumo anual de 93 billones de litros de agua y de la emisión del 10 por ciento del CO2 a nivel mundial.

*La producción masiva de prendas llega hasta los 150 mil millones.

*De esa cantidad, al menos el 30 por ciento no se vende y el 50 se desecha en el mismo año en que se adquirió.

*Pero esto no para ahí, se crea otro problema: aumenta la cantidad de ropa en vertederos de países como Ghana, donde los pobladores no pueden aprovechar los artículos dada la pésima calidad y la contaminación química que suelen presentar.

*Además, las empresas que se dedican a la venta de lo que es moda rápida, para mantener bajos sus costos, tienen a sus trabajadores en condiciones infrahumanas.

*Sus empleados suelen laborar de 14 a 16 horas diarias.

*Para evadir problemas legales, sus fábricas operan en países donde las condiciones de trabajo son precarias, sobre todo en el sudeste asiático y en Europa del Este.

*La publicación, revela que por la necesidad de completar la producción, las marcas recurren a prácticas de explotación laboral infantil y de trabajo forzado, lo que atenta contra los derechos humanos.

*Esto lleva a ver que el único fin que tiene la industria de la moda rápida es el enriquecimiento sin importar el medio ambiente y los derechos humanos de quienes laboran para sacar la producción de prendas.

Quizá nosotros podemos ayudar a evitar las consecuencias de la fast fashion al no dejarnos llevar por ella, no importando si estamos en tendencia o no, y darle una segunda, tercera o cuarta oportunidad a las prendas que vestimos… Todo sea por cuidar el medio ambiente y los derechos humanos de quienes laboran en esta industria. PdC.

Foto de Polina Tankilevitch.

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