El polen nos invade y para quienes son alérgicos ésta no es una buena noticia por todas las afectaciones que comienzan a padecer. Nomás imaginen: conjuntivitis, caracterizada por ojos rojos, comezón, lagrimeo e inflamación.
En las vías respiratorias: comezón en la nariz, estornudos frecuentes, secreción nasal u obstrucción y, en algunas personas, asma (falta de aire, sensación de ahogo o pecho que silba).
Cuando algunos pólenes viajan y las personas susceptibles los respiran, su calidad de vida resulta afectada; les produce polinosis, antes llamada “fiebre del heno” o “alergia primaveral”, un padecimiento multifactorial.
Guillermo Guidos, alergólogo asociado a la Red Mexicana de Aerobiología (REMA) explica que aun cuando los pólenes están presentes durante el año, numerosos pacientes tienen la mayor cantidad de síntomas en invierno y primavera.
La mayoría de quienes generan susceptibilidad es durante los periodos de la infancia y la adolescencia; no obstante, las alergias pueden ocurrir en diferentes momentos de la vida, en la adultez, pero son menos frecuentes, refiere el especialista Guidos.
Para las personas sensibles resultan útiles algunas recomendaciones, como mantener cerradas las ventanas durante el día y utilizar medios de protección, por ejemplo cubrebocas de alta eficiencia, ya que los granos se quedan atrapados en las fibras de las mascarillas.
Si ya fue diagnosticado puede utilizar medicamentos, recetados por un especialista de la salud, preferentemente un alergólogo certificado; el tratamiento y las recomendaciones deben ser individualizados.
Y es que estas afectaciones se dan debido a que aun cuando en la atmósfera de la Ciudad de México (CDMX) circulan alrededor de 50 tipos de polen, sólo algunos granos son alergénicos que por sus características en su composición (proteínas) provocan los citados síntomas en personas susceptibles.
La polinosis o enfermedad alérgica afecta entre 15 y 25 por ciento de la población; en nuestro país, sobre todo en la capital, las cifras coinciden, afirmaron expertos.
Entre los pólenes más comunes se encuentran los de fresnos, tuyas, juníperos, encinos y distintos tipos de pinos, así como eucaliptos. Pero no todos causan alergias, refiere la científica María del Carmen Calderón Ezquerro.
El que sí provoca síntomas es el del fresno, que ocupa entre 50 y 55 por ciento de los que se encuentran en el aire, explica la coordinadora de la Red Mexicana de Aerobiología (REMA), con sede en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, Calderón Ezquerro, en la conferencia Contaminación por polen ¿Cómo nos está afectando? PdC.