Miscelánea

Por sabrosos e importantes, tendrán su día

Qué tal unas enfrijoladas o unos frijoles charros, unos frijoles puercos, frijoles con veneno, frijoles con huevo, frijoles con chorizo, frijoles refritos con queso, sopa de frijol, tamales de frijol… la lista se hace enorme que hasta la “boca se me hizo agua”.

Y es que los frijoles son el alimento fundamental en la mesa mexicana. Están presentes en la mayoría de los antojitos y son el acompañamiento tradicional del menú diario.

Además de su rico sabor, contienen carbohidratos complejos y entre las vitaminas que aportan se encuentran las del complejo B, asimismo, tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico y son una fuente importante de hierro, magnesio, potasio, zinc, calcio y fósforo.

En el mundo se conocen alrededor de 150 especies de frijoles, de las cuales 70 se encuentran en México con gran variedad de tamaños y colores.

Hallazgos confirman que el frijol era cultivado en Mesoamérica hace ya 8,000 años y que fue una de las principales especies que se integró a la dieta básica de las culturas indígenas.

Del frijol se aprovechan todas sus partes, flores, semillas y vainas (ejote) ya sean tiernas o maduras. En algunas zonas de México, las semillas se muelen utilizándolas como ingredientes en la preparación de tamales, pero no es todo, con frijol, también se pueden hacer postres.

De acuerdo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el frijol es un producto estratégico para México, su producción anual supera el millón 100 mil toneladas, siendo el estado de Zacatecas  el que ocupa el primer lugar  en volumen de producción.

En México, es un cultivo tradicional y se le encuentra en todas las regiones agrícolas del país, su demanda es casi universal e incluye diversas clases de frijol que han sido agrupados de acuerdo con su color en: negros, amarillos, blancos, morados, bayos, pintos y moteados.

Las variedades más consumidas son: azufrado, mayocoba, negro Jamapa, peruano, flor de mayo y flor de junio.  Les siguen en preferencia el garbancillo, manzano, negro San Luis, negro Querétaro y pinto.

Y como decíamos, los frijoles están presentes siempre en nuestra mesa en todas sus formas, por ejemplo en nuestros ricos sopes, panuchos, tlacoyos, en las tostadas, en las tortas… y en cualquier antojito de las diversas regiones del país.

Pues dada la importancia que tiene este alimento en la mesa mexicana es que en el Senado avalaron la propuesta para declarar el 14 de noviembre como “Día Nacional del Frijol”.

La idea es resaltar la importancia de este producto e impulsar acciones para regresarle su papel protagónico en la alimentación y la cultura nacional, sobre todo al frijol mexicano que poco a poco ha ido perdiendo su lugar por las importaciones y ha bajado su consumo.

Y aunque parezca increíble, los sencillos frijoles son importantes en distintas esferas de nuestro país, como lo son la social, cultural, histórica, gastronómica y económica, pues se trata de un grano mexicano.

La presidenta de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Nancy Sánchez Arredondo, refiere que el frijol y el maíz han sido olvidados por las familias mexicanas, quienes los reemplazan o le dan más importancia al consumo de proteínas de origen animal, lo que ha provocado un deterioro significativo en la nutrición. PdC.

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