Una de cada seis personas padece de esterilidad. Un trastorno del aparato reproductor, femenino o masculino, qué consiste en la incapacidad para lograr el embarazo tras 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección.
El trastorno causa angustia, estigmatización, afecta al bienestar mental y psicosocial, además de dificultades económicas de las personas, refiere la Organización Mundial de la Salud, la cual argumenta que muchas personas la padecen en algún momento de su vida.
De acuerdo al nuevo informe publicado por el organismo mundial el pasado 4 de abril, cerca del 17.5 por ciento de los adultos presentan este problema. Ante tal prevalencia, se considera que es urgente aumentar el acceso a una atención asequible y de calidad para quienes la necesitan.
De acuerdo con las nuevas estimaciones, la prevalencia de la esterilidad varía poco de una región a otra y las tasas son similares en los países de ingresos altos, medianos y bajos, lo cual demuestra que se trata de un importante problema de salud pública en todos los países y todas las partes del mundo.
La esterilidad no hace distinciones, revela el estudio. “La enorme proporción de afectados evidencia la necesidad de ampliar el acceso a los tratamientos y de incluir la esterilidad en las políticas y los estudios sobre salud, de modo que las personas que lo deseen dispongan de vías seguras, eficaces y asequibles para tener hijos”.
Ha señalado el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
A pesar de su magnitud de este problema, las soluciones disponibles para prevenirlo, diagnosticarlo y tratarlo (como las técnicas de reproducción asistida, entre ellas la fecundación in vitro) continúan sin recibir suficiente financiación y resultan poco accesibles para muchas personas debido a su elevado costo, el estigma social y su escasa disponibilidad.
En la mayoría de los países, son los propios afectados quienes, en gran medida, pagan estos tratamientos, que suelen ser muy costosos. Los habitantes de los países más pobres gastan una proporción relativa de sus ingresos en terapias contra la esterilidad superior a la de los países más ricos.
A menudo, estos gastos exorbitantes impiden que las personas se sometan a dichos tratamientos o las empujan a la pobreza. PdC.
Foto de Nadezhda Moryak.